jueves, 6 de noviembre de 2014

Interpreta y calma los llantos del bebé

Muchos padres se hallan impotentes frente a los lloros de sus hijos y se desesperan cuando no logran apaciguarlos. Es vital entender sus necesidades para ayudarles a sentirse mejor.

8 factores que los provocan



Los llantos son una manera para el bebé de expresarse y llamar la atención, ya que no puede comunicarse de otra forma. En la mayoría de los casos, no revelan ninguna anomalía y suelen ser ocasionados por diferentes factores no patológicos. Es importante reconocerlos para poder brindarle una respuesta adecuada al pequeño.

hambre

Generalmente, el bebé empieza a llorar cuando tiene hambre, ya que su estómago es muy pequeño y no puede contener mucha comida. Este llanto suele ser poco agudo. Se inicia de manera gradual, irregular y va tomando fuerza y continuidad, haciéndose más rítmico. Otras señales que lo ayudan a identificar son el chuparse el puño o abrir la boca, por ejemplo. Proveerle leche contribuye a calmar los llantos. Si no tiene hambre, girará su cabeza al otro lado o cerrará su boca. De esta manera, sabrás que llora por otro factor.

incomodidad

El niño puede llorar cuando no se siente cómodo, ya sea por una postura que no le conviene, ropa aprieta, temperatura del ambiente o pañales sucios. También puede ser que tu hijo esté irritable. Estos llantos se caracterizan por ser repetitivos e insistentes. Suelen interrumpirse cuando el bebé está en tus brazos. Sin embargo, debes revisar los diferentes parámetros que pueden provocar esta incomodidad para encontrar una solución. Así, le podrás aportar bienestar. En caso contrario, volverá a llorar cuando lo saques de tus brazos.

sueño

Es comúnmente pensado que los bebés se duermen con facilidad. Sin embargo, cuando no encuentran la postura adecuada o las condiciones óptimas para el sueño, suelen protestar antes de quedarse dormidos. En este caso, los llantos empiezan con lloriqueos y luego, se intensifican. Son más frecuentes en el final del día. Suelen aparecer después de una jornada agitada en la cual tu hijo ha sido muy solicitado por su entorno. Para reducirlos y calmar al niño, debes acostarlo en un lugar tranquilo, hablarle suavemente y cantar una melodía relajante.

sed

El bebé puede empezar a llorar porque tiene sed. Es frecuente en casos de calor excesivo, ya que transpira mucho. Debes colocar tu dedo en su cuello para sentir si su piel está caliente. También es importante tocar sus manos y pies. Suminístrale una mamadera con agua fresca. Notarás directamente si es la causa de sus llantos, ya que se interrumpirán rápidamente. Al contrario, si sigue llorando, significa que su malestar proviene de otra causa.

pañal

Una de las causas más frecuentes que provoca llantos estridentes y repetitivos en los bebés es cuando tienen el pañal sucio, más aún si su piel es sensible o está irritada. Debes fijarte si está mojado o con heces, ya que muchos niños no aguantan la sensación de humedad. Luego, es esencial que su pañal limpio no apriete demasiado su vientre y cadera, ya que podría seguir llorando.

cariño

Algunos bebés necesitan una gran demostración de cariño y contactos físicos con sus padres para sentirse bien. Por lo tanto, pueden llorar para que los alces en tus brazos. Se recomienda caminar suavemente con tu hijo y hablarle para que se calme. También puedes taparlo con una manta para que se sienta seguro como en el vientre durante el embarazo. A veces, lo único que necesita es sentir y oír los latidos de tu corazón para tranquilizarse.

aburrimiento

Es importante destacar que las actividades de los bebés no consisten en solamente comer y dormir. Tienen necesidades vitales de contacto y estimulación. Por esta razón, tienes que compartir con tu hijo y no dejarlo todo el tiempo solo. Puedes colocarlo en su cuna con juguetes y ubicarla a tu lado. Otra opción consiste en ir a pasear. Si no tienes mucho tiempo libre, no dudes en pedir ayuda a tu entorno. Mantener a tu bebé activo permite reducir considerablemente la cantidad de llantos por día.

dolor

Al sentir un dolor, el bebé empieza a llorar con intensidad fuerte y de forma repentina. De hecho, su llanto es más arrítmico y agudo que de manera general. En cuanto a las enfermedades que no causan un dolor directo como la fiebre, provocan gemidos más sordos, débiles y prolongados en el niño. Se encuentra decaído y rechaza la comida y las bebidas. En estos casos, debes acudir al pediatra para que diagnostique la afección que padece tu hijo y se pueda empezar un tratamiento.

Los lloros causados por dolencias o situaciones patológicas

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Gustavo Guzmán Rivera

Pediatra - Terapia Intensiva

El llanto es una manera común de comunicarse y desahogarse de los niños sobre todo de los lactantes cuando están nerviosos, tensos, molestos, entre otros. Debido a que es la única forma de expresarse, es importante que busquemos los mecanismos para comprender y manejar los lloros.

El lactante irritable es una de las consultas más estresantes en Urgencias. La solución casi siempre viene de la mano de una cuidadosa exploración física y si procede, un tacto rectal. Además de un interrogatorio a los padres en base a los comportamientos que ha tenido el menor y síntomas como fiebre, vómitos, tipos de llanto, ya sea continuo o asociado a algo y la conducta alimentaria. Asimismo, es importante registrar la temperatura del bebé. Las manifestaciones clínicas anteriormente mencionadas nos obligarán a realizar un estudio más minucioso, ya que existen muchas causas patológicas que pueden provocar un llanto inconsolable en el niño. Entre éstas, encontramos:

-Infecciones: fiebre, otitis media aguda, meningitis e infecciones del tracto urinario (ITU).

-Problemas gastrointestinales: cólico del lactante, invaginación, estreñimiento, fisura anal, reflujo gastroesofágico y hernia inguinal.

-Afecciones otorrinolaringológicas: muguet, erupción dental, cuadro catarral, entre otras.

-Trastornos neurológicos

-Maltrato

-Lesiones traumáticas: fracturas, luxaciones, entre otras.

-Escaso aporte alimentario

-Dermatitis del pañal

-Torsión ovárica o testicular

La manera de llorar del bebé se nos hará cada vez más familiar y ello nos permitirá reconocer las causas que motivan el llanto para saber si debe ser atendido de forma prioritaria (en el caso de hambre, soledad o dolor) o es mejor esperar un poco, a que sea él mismo el que vaya buscando recursos para encontrar su bienestar (cuando por ejemplo, solo hay sueño o tensión).

Las necesidades primordiales a satisfacer son las de hambre, frío, suciedad, enfermedad y sueño. Al principio tendremos que ir probando cada una de las alternativas con las que contamos para satisfacer estas necesidades, ofreciéndole su alimento, arroparle o desabrigarle, cambiarle el pañal, modificar su postura, observar si hay algún indicio de enfermedad con lo que lograremos descartar cada una de las posibilidades.

Por otro lado, el bebé es muy sensible a la tensión ambiental y percibe el estado de ánimo de la persona que lo cuida. Al no controlar estos factores, se alimentaría el círculo vicioso de tensión y llanto, el cual pretendemos romper.

Los padres deben acudir a algunos medios para encontrar la calma de su hijo. Pueden cogerlo en brazos para consolarlo, hablarle con dulzura, pausadamente, con seguridad y ponerle una música suave o sonidos rítmicos. También se pueden ayudar con el chupete para que succione y se tranquilice o balancearlo con delicadeza.



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