martes, 29 de agosto de 2017

¿Qué causa la “barriga de mamá”?



Tras la gestación y el parto los músculos abdominales se pueden quedar estirados, debilitados y separados. Esa barriga protuberante tan característica de muchas mujeres que fueron madres -persistente incluso cuando no hay sobrepeso-, es en realidad una condición médica que tiene nombre: diástasis de rectos abdominales.

Ese enrevesado nombre hace referencia a la separación de los músculos superficiales del abdomen y la buena noticia es que hay ejercicios específicos que pueden ayudar a reducirla.

Pero no se trata de los tradicionales abdominales, sino de unos movimientos que tienen que ver con la respiración destinados a fortalecer los músculos más profundos del abdomen.

¿Qué causa la “barriga de mamá”?

El músculo recto del abdomen o recto abdominal es un músculo par, largo y aplanado, que va desde las costillas hasta el hueso del pubis. Es vertical y actúa como una especie de corsé para nuestro cuerpo, dándole apoyo y protección a nuestra espalda.

A veces el hueco abdominal se cierra naturalmente tras el embarazo y a veces se queda abierto.

Durante el embarazo esos dos músculos paralelos se suelen separar en el medio para permitir el crecimiento del feto en el útero. Las hormonas y el trabajo de parto también pueden contribuir a esa separación.

Tras la gestación esos músculos pueden volver a su posición original pero con frecuencia no lo hacen: se quedan estirados, debilitados y separados por un hueco de hasta 5cm.

Esa separación vertical le da muy poca contención al estómago y demás órganos, por eso la barriga de muchas mamás tiende a sobresalir de una manera peculiar, distinta a la grasa habitual que se concentra en la zona de la cintura.

Según el servicio de salud pública británico, NHS por sus siglas en inglés, los músculos abdominales suelen regresar a su posición habitual de manera natural hacia las ocho semanas tras el parto.

Sin embargo, un estudio noruego de 2016 estima que aproximadamente un tercio de las mamás presentan diástasis de rectos abdominales un año después de dar a luz.

Más que un problema estético

El hueco resultante sumado al debilitamiento de los músculos aumenta el riesgo de sufrir dolores de espalda en la región lumbar y de adquirir malas posturas.

Normalmente los músculos del recto abdominal, verticales y largos, están pegados.

También crece el riesgo de que se produzca una hernia abdominal.

Por eso es importante tomar control de esa separación y tratar de reducir una protuberancia excesiva del abdomen.

Cómo saber si tus músculos abdominales están separados

Los músculos recto abdominales deberían estar uno al lado del otro, a cada costado del ombligo. Normalmente no hay mucho hueco entre ellos.

Un hueco de uno a dos dedos después de haber tenido un bebé se considera normal.

El NHS sugiere una manera sencilla para comprobar si tienes diástasis de rectos abdominales.

1. Acuéstate boca arriba con las piernas dobladas y los pies planos sobre el suelo

2. Levanta ligeramente los hombros y la cabeza y mira hacia la barriga.

3. Usando la punta de los dedos siente el borde de los músculos abdominales, por encima y por debajo del ombligo. Fíjate en cuántos dedos caben en el hueco entre los músculos.

El tamaño de esa separación varía de una mujer a otra. Si decides hacer ejercicios para reducir ese hueco, puedes hacer regularmente esta prueba para medir tu progreso. Un hueco de uno a dos dedos después de haber tenido un bebé se considera normal.

¿Qué puedes hacer para reducir ese hueco abdominal?

Ejercitar los músculos abdominales más profundos, como el transversus abdominus, puede ayudar a cerrar desde adentro la separación de los rectos abdominales, los más superficiales.

Como resultado muchas mujeres notan también una reducción de su perímetro de cintura.

Hay varias técnicas y programas de ejercicios para realinear los músculos abdominales que idealmente deberías consultar con un fisioterapeuta.

Hay varias técnicas y programas de ejercicios para realinear estos músculos que idealmente deberías consultar con un fisioterapeuta.

No obstante, este es el ejercicio más básico que el Servicio de Fisioterapia del NHS de Gales recomienda para sus pacientes para ayudar a reducir la diástasis:

Acuéstate boca arriba con las piernas dobladas, los pies planos sobre el suelo y la espalda en una posición relajada y neutral, ni muy plana ni muy arqueada.

Siente con las manos los huesos de la pelvis y mueve los dedos unos 2cm hacia el centro y otros 2cm hacia abajo, hacia los pies.

A medida que exhalas, atrae el ombligo hacia la columna. Deberías notar cómo el músculo bajo los dedos se tensa. Asegúrate de que no has movido la columna.

Mantén la barriga contraída en esa posición entre 3 y 5 segundos mientras respiras de manera normal y después relájate. Progresa hacia mantener la contracción durante 10 segundos antes de exhalar.

Repite este ejercicio 10 veces, al menos una vez al día.

Un hueco entre los músculos abdominales de uno a dos dedos después de haber tenido un bebé se considera normal.

Algunos entrenadores personales utilizan ejercicios llamados hipopresivos para ejercitar los músculos abdominales profundos.

Una de ellas es Leah Keller, una entrenadora personal de Nueva York que desarrolló su propio método con el que asegura que se pueden “medir” cambios en cuestión de tres semanas al realizar los ejercicios diariamente.

La periodista de NPR Talia Herman asistió a sus clases y contó en un programa para la radio nacional estadounidense que en menos de un mes la separación de sus músculos abdominales se redujo de 3 a 2 cm.


jueves, 24 de agosto de 2017

Consejos para un postparto placentero

Tras dar a luz, muchas mujeres no se cuidan adecuadamente. A veces, por falta de información o por seguir consejos inadecuados, llegan incluso a realizar actividades y ejercicios que dañan su salud. Un especialista nos explica cuáles son los errores más comunes y cómo evitarlos.

Después del parto se producen cambios fisiológicos en el cuerpo de la mujer. Pero, en este periodo, la mayoría de las madres se centran absolutamente en el bebé y sus propias necesidades quedan en un segundo plano.

Además, cuando encuentran tiempo para dedicarlo a sí mismas, algunas lo invierten en realizar actividades que, lejos de ayudar a su recuperación, pueden resultar perjudiciales para su salud.

Actividad física

En lo relativo a la actividad tras haber dado a luz, los expertos del Hospital del Tajo, situado en Aranjuez (centro de España), subrayan que, una vez de vuelta en casa, el ejercicio más adecuado es caminar, ya que ayuda a recuperar el tono muscular y favorece la circulación.

Del mismo modo, aconsejan a la madre que se cuide y adopte posturas cómodas durante la lactancia y los cambios de pañal del bebé.

También recomiendan consultar con la matrona los ejercicios que se pueden realizar. “Muchos de ellos son con el bebé, lo que permite disfrutar de un momento de diversión”, afirman.

Por otro lado, recalcan que un recién nacido necesita a su madre, por lo que ella tiene que descansar. Así, afirman que es recomendable un reposo mínimo de ocho horas diarias las primeras semanas tras el alumbramiento, y aconsejan delegar algunas tareas cotidianas en la pareja o en otras personas de confianza y tratar de adaptarse a los periodos de descanso del bebé.

Los especialistas de la Clínica Vicetto de la capital de España señalan los cinco errores que con más frecuencia cometen las mujeres tras haber dado a luz.

1. EL SUELO PÉLVICO

Explican que el suelo pélvico constituye el “nido” en el que ha crecido el bebé durante el embarazo y consideran fundamental contar con la valoración de un fisioterapeuta especializado para comprobar el estado de la musculatura, las tensiones internas y las posibles cicatrices fruto del parto. “Tanto si ha habido cesárea como parto natural, la revisión es necesaria”, manifiestan.

Además, señalan que, pasada la cuarentena, el fisioterapeuta o la matrona deben examinar a la reciente mamá y, dependiendo de cómo encuentren la función y coordinación de las estructuras del suelo pélvico, le enseñarán a realizar correctamente los ejercicios de Kegel, valorarán las cicatrices y recomendarán posturas y ejercicios adecuados a cada caso particular. “Los ejercicios de Kegel están diseñados para fortalecer los músculos del suelo de la pelvis. Estos son los músculos que sostienen la vejiga y ayudan a evitar escapes de orina”, apuntan los profesionales del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y del Riñón de Estados Unidos.

2. ABDOMINALES, ¡NO!

Otro error habitual es hacer ejercicios abdominales. En este caso, los especialistas de la Clínica Vicetto destacan que está totalmente desaconsejado después de dar a luz, ya que el abdomen está inestable durante los primeros seis meses, debido a una diástasis (separación de los músculos abdominales en la línea central del abdomen), fruto del crecimiento del útero durante el embarazo.

“Todos los ejercicios de flexión del tronco aumentan la presión en el abdomen y, por tanto, también se incrementan las probabilidades de tener algún tipo de incontinencia y prolapso (caída de las vísceras)”, señala Rafael Vicetto, fisioterapeuta especializado en abdomen y creador del método “Stopdiástasis”.

“Lo recomendable es esperar para que el tejido se vaya adaptando lentamente, de acuerdo a los tiempos de recuperación del cuerpo, y potenciar el abdomen sin aumentar la presión por dentro. De esta manera, existen opciones, como realizar ejercicios hipopresivos, guiados por un especialista, y aprender a contraer el músculo transverso del abdomen, lo que ayudará a la recuperación”, añade Vicetto.

3. ¿CORRER DEMASIADO PRONTO?

Este es otro fallo que, a menudo, cometen las mujeres al poco tiempo de dar a luz. De este modo, desde la Clínica Vicetto afirman que “la vuelta al ejercicio de impacto pocos días después del parto es contraproducente”.

Así, detallan que durante el embarazo se produce un aumento de peso que afecta a la musculatura del suelo pélvico. A la vez, el estado hormonal proporciona un exceso de relajación del tejido que puede ocasionar problemas en el suelo pélvico, tanto a corto como a largo plazo. “Por ambas razones, este tipo de ejercicio no es adecuado en las semanas siguientes al alumbramiento”, indican.

“Comenzar con deportes muy fuertes sin esperar el tiempo suficiente supone un esfuerzo muy grande a nivel de la musculatura del abdomen y periné, lo que puede ocasionar pérdidas de orina y otros problemas asociados”, asegura Vicetto.

4. TRATARSE LAS CICATRICES

Un error frecuente de la mujer que acaba de dar a luz es no tratarse las cicatrices producidas por la episiotomía o por la cesárea. Explican que “las cicatrices son un tejido diferente a la piel normal y, aunque se ven en la superficie, generalmente alcanzan planos profundos”.

Así, indican que “la cicatriz de la episiotomía puede generar dolor al retomar las relaciones sexuales, mientras que la causada por la cesárea desestabiliza el abdomen, puede crear un pliegue con el aspecto de un falso “michelín” y, a largo plazo, ocasionar problemas relacionados con la vejiga”.

El consejo que aportan es recibir tratamiento por parte de un profesional, que proporcione información sobre los cuidados necesarios para que estas cicatrices queden totalmente integradas en el cuerpo y no ocasionen problemas en el futuro.

“Aplicarse aceite de rosa mosqueta puro y hacerse masajes en la zona son algunas de las claves”, apuntan.

5. ¡LAS BOLAS CHINAS!

Los especialistas de la Cínica Vicetto indican que utilizar bolas chinas puede causar problemas en la salud de la mujer que acaba de dar a luz.

“Desgraciadamente, el exceso de información o los consejos dados por personas no profesionales ocasionan problemas en la recuperación del embarazo para muchas mujeres”, detalla Vicetto.

“Si el suelo pélvico no está ‘entrenado’, no podrá aguantar el peso de las bolas chinas y tendrá que hacer un excesivo esfuerzo para mantenerlas en su sitio. Esto puede generar problemas importantes en la mujer y aportar dolor en el periné”, advierte el especialista.

Según explica, “es fundamental aprender a contraer correctamente la musculatura perineal y, poco a poco, introducir resistencia. Pero es contraproducente comenzar con peso sin una valoración previa”, asegura.

martes, 8 de agosto de 2017

En la mira médico que engendró bebé con ADN de 3 padres en Estados Unidos


Un médico cuya clínica de fertilidad de Nueva York ofrece un tratamiento para engendrar bebés con ADN de tres personas y evitar ciertas enfermedades genéticas está en el punto de mira del Gobierno estadounidense.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) advirtió en una carta al doctor John Zhang que debe dejar de promocionar este tratamiento, que crea embriones modificados genéticamente, porque la técnica que utiliza no está regulada en el país, según recoge CNN.

Zhang y su equipo de la clínica de fertilidad New Hope fueron noticia el año pasado por lograr que naciera el primer bebé del mundo con ADN de tres padres, fruto de un controvertido método de reproducción asistida que permite a progenitores con mutaciones genéticas raras concebir hijos sanos.

En el caso de ese bebé, el método utilizó el ADN del padre, de la madre y de una donante para evitar que la madre transmitiera al bebé los genes del llamado síndrome de Leigh, un desorden mortal que afecta al sistema nervioso en desarrollo.

Debido a que las autoridades estadounidenses no han aprobado legalmente este método, el equipo médico de Zhang viajó a México para realizarlo, ya que allí no está sujeto a regulación, y tras el nacimiento del bebé sano, los especialistas divulgaron sus hallazgos.

La FDA explicó a Zhang que el tratamiento, que utiliza tecnología de sustitución mitocondrial, está prohibido por el Congreso porque crea un embrión modificado genéticamente y enfatizó que la clínica lo promociona como una manera de librarse de enfermedades mortales.

En este sentido, recriminó al médico que, a pesar de haberse comprometido a no utilizar la técnica en EEUU hasta que la FDA no apruebe su investigación o sus pruebas clínicas, continúa "comercializando" el método para tratar la infertilidad.

En la carta, las autoridades se remiten a un artículo divulgado por el equipo de la clínica en el que explican que el embrión se había creado en el país pero se había implantado fuera de sus fronteras.
Por este motivo, emplazó al especialista a comunicar qué pasos tomará para "abordar la violación" de las normas y "evitar su repetición"; aunque no indicó si, de no hacerlo, se enfrentará a alguna sanción.


La ‘mamitis’ del bebé es sana

No hay estudios que hablen de los males de los niños sobre acariciados. Sin embargo, si existen (y muchos) los que demuestran las carencias, en todos los sentidos, con las que crecen las personas que no han tenido contacto físico cariñoso en los primeros meses de vida. Para muchos expertos, los primeros meses del bebé son la continuación del embarazo, por lo que los primeros meses deberían ser lo más parecido a una gestación extrauterina, recreando en la medida de lo posible las condiciones que el pequeño tenía cuando estaba en la barriguita: “Es importantísimo que el bebé sea llevado en brazos o con algún portabebés, masajeado con nuestras manos como lo hace el líquido amniótico, que escuche nuestros latidos y nuestra voz como cuando estaba dentro. El continuo contacto con el bebé por parte de la madre hace que se pongan en marcha una serie de reacciones hormonales que facilitan la tarea de la crianza”, explica la consultora de lactancia Rosa Sorribas.



Una cuenta corriente de emociones

El contacto físico con la madre no solo garantiza la supervivencia del bebé. Durante los primeros meses de vida se sientan las bases de nuestro desarrollo emocional: ¿somos confiados, tolerantes, con una buena autoestima? Parece increíble, pero muchas de estas cualidades pueden estar determinadas por la forma en que nos trataron los primeros meses de vida. “Desde la concepción hasta el primer año tras el parto, el bebé está desarrollando el cerebro primitivo, lo vegetativo, lo instintivo. Es lo que se conoce por período crítico biofísico, la etapa en la que más daño psicológico puede sufrir un ser humano. Son las bases de lo que vamos a ser toda nuestra vida. Si se gesta un apego seguro, el niño crecerá desde la seguridad y la autoestima”, explica la psicóloga infantil Laura Perales. Podemos pensar en una cuenta corriente que se abre cuando nace nuestro bebé y que tenemos que llenar con besos, abrazos y mimos. ¿A que tener las reservas de amor llenas nunca está de más?



Besos que enseñan

Cuando besamos y abrazamos a nuestros hijos no solo les estamos nutriendo emocionalmente. Si el amor es el motor que hace aprender a nuestro hijo, el contacto físico cariñoso es la gasolina que lo hace funcionar.

“El funcionamiento del cerebro durante el primer año es más rápido y extenso de lo que se conocía y el desarrollo cerebral es más sensible a factores ambientales de lo que se pensaba. La influencia del medio ambiente a temprana edad deja huellas para siempre”, cuenta Victoria Peralta en su libro, El mundo del bebé (Ediciones Novedades Educativas).

Basta con observar a un bebé jugando para comprobar que la seguridad y el apego están íntimamente relacionadas con el aprendizaje. Joan está jugando en su parque. Acaba de descubrir que puede meter los aros en una pirámide. De vez en cuando para, busca a su mamá con la mirada y sigue explorando contento cada vez que ella le devuelve la mirada con una palabra cariñosa. Sin embargo, en el momento en el que ella va a la cocina y el peque la busca con la mirada y no la encuentra, interrumpirá el juego y seguramente romperá a llorar si no la ve o escucha su voz.

“El cerebro se desarrolla en mejores condiciones cuando criamos con afecto. Cada vez que abrazamos, besamos o cogemos en brazos a nuestro bebé, se generan oxitocina y endorfinas, asociadas al placer. Además, tanto las endorfinas como la oxitocina, favorecen que se desarrollen y refuercen las conexiones neuronales en las áreas relacionadas con la inteligencia, el pensamiento y el lenguaje. Pero lo más importante es que no hacerlo incide negativamente en el desarrollo cerebral, por ejemplo con atrofia del hipocampo. Los niños que no reciben afecto tienen un cerebro un 20 ó 30 % menor que los que sí lo reciben”, añade Laura Perales.

Y no solo se cuida el aprendizaje y la salud emocional, el bienestar físico de nuestro bebé también se ve beneficiado de estar muy cerquita de nosotros. Los bebés nacen con muy poca flora bacteriana y necesitan estar en contacto con bacterias conocidas como las de papá y mamá. Con el parto vaginal y el contacto físico, especialmente si es piel con piel, se consigue que estas bacterias vayan colonizando la piel del bebé y protegiéndolo de agentes externos. Con la lactancia materna se coloniza el sistema digestivo con bacterias intestinales de la madre, adaptándolo para la digestión de alimentos externos.

Si el amor es el motor que hace aprender a nuestro hijo, el contacto físico cariñoso es la gasolina que lo hace funcionar



La mamitis del bebé no es un capricho, es una necesidad

Entonces, ¿qué pasa con los bebés “enmadrados” o que teóricamente sufren de “ mamitis”? Pues sencillamente que van a ser más confiados, independientes y felices que aquellos a los que se les han racaneado besos “para que no se acostumbren”. Cuando los niños nos piden brazos no lo hacen por capricho, falta mucho para que el pequeño pueda llegar al nivel de razonamiento que le permita manipularnos. Ellos son puro instinto, pura necesidad. Así que, ante comentarios de este tipo, podemos responder simplemente “es mi hijo, gracias”, o recordarle al consejero bienintencionado que esperamos que se acostumbre a nuestros abrazos.

¿El mejor consejo? Seguir nuestros instintos, confiar en que eso que nos pide el cuerpo, que es atraer al bebé hacia nosotros cuando llora, tenerlo cerca de día y de noche o comernos a besos esos mofletes es lo mejor para nuestro hijo. No se va a gastar ni lo vamos a malacostumbrar, así que ¡besos, besos y más besos!

Laura Perales, psicóloga infantil especialista en prevención de Crianza Autorregulada y Rosa Sorribas, Consultora de Lactancia IBCLC de Crianza Natural.



LOS BESOS CON LOS HIJOS

En los niños es fundamental las caricias, el contacto físico. Un beso es tan importante como el dedicarles tiempo y valorar las expresiones de afecto. “Así les estamos educando en la expresión de cariño y afecto hacia el otro, el dar y también recibir cariño del otro”, dice la psicopedagoga Cinthia Rivero.

Los niños que crecen en ambientes poco demostrativos también aprenden a tener poco nivel de expresión emocional; los que se desarrollan en otros entornos más expresivos, son más efusivos, necesitan mayores muestras de cariño y suelen ser también más demandantes y dadores de besos, caricias y abrazos.
“Al crecer, especialmente en la pubertad y adolescencia, amplían su mundo y por ello tienden a buscar grupos de preferencia, y eso hace que cambien en su forma de expresión de cariño o afecto hacia la familia, así como también el lugar (en casa o en público) para expresarlo”, hace notar Rivero, quien no aconseja exigir o avergonzar a los chicos con respecto a la demostración, forzada, de cariño (un beso en público).

Por otro lado, la psicóloga clínica Pilar Bernal resalta que es tremendamente importante besar a los niños pequeños, pero en la frente, en la mejilla o en las manos. “Los niños deben ser besados por sus seres queridos y deben ser respetados en su individualidad y en su privacidad. Esto quiere decir, que no debemos besar a los niños pequeños o grandes en la boca”.

Para la psicóloga clínica el beso en la boca siempre estará condicionado con un beso de placer, de pasión y no así los besos en la frente, las mejillas o las manos; “que tienen una connotación de respeto, amor, paciencia, tranquilidad y que también van acompañados de un cuidado de la salud física hacia nuestros pequeños por los altos niveles de bacterias que puede tener el ser humano mayor frente a un niño”.

(El deber)



Los amamos sin duda alguna y hay que demostrar el amor a los hijos, con caricias, abrazos, besos, miradas. Algo tan sencillo como decirles que los queremos o que nos gustan sus ojos, sus besos... refuerza la autoestima de los pequeños.



Los besos, abrazos, los ‘apapachos’ jamás están de más. Como La psicóloga clínica Pilar BernaL: “Siempre serán generadores de energía positiva y jamás debemos dejar de darlos”.


martes, 1 de agosto de 2017

Violencia obstétrica: Un tipo de violencia silenciosa

POCAS VECES SE PIENSA EN LA GESTACIÓN, PARTO Y POST PARTO COMO UNA SITUACIÓN TRAUMÁTICA Y DE VIOLACIÓN DE DERECHOS | SIN EMBARGO, ES EN ESTOS ESPACIOS DONDE SE ENCUENTRAN LAS VÍCTIMAS MÁS AISLADAS e IGNORADAS DE LA SOCIEDAD.

El hacinamiento y el alto número de partos en hospitales públicos es causa de que mujeres en estado de gestación y neonatos sufran de violencia obstétrica a través de una serie de intervenciones rutinarias innecesarias y dañinas por parte del personal médico, paramédico y de apoyo. Todos los días nacen niños y niñas pero poco se sabe sobre la violencia que se ejerce en las salas de parto. El tema de incremento de nacimientos a diario, la falta de camas y el reducido personal en los hospitales públicos, han sido las causas para olvidar el parto respetado, ejerciendo de este modo violencia obstétrica. Hoy en día se altera el proceso natural del parto de bajo riesgo, mediante el uso de técnicas de aceleración e inducción del parto, como la oxitocina intravenosa y el suero; muchas veces sin obtener el consentimiento voluntario, expreso e informado de la mujer.

El nacimiento marca de manera tajante la salud física, mental y la vida en general de las personas. Por esta razón, la manera en que un ser humano llega a este mundo es de vital importancia para él, sus progenitores y para la sociedad en la que nace.

La OMS define a la violencia obstétrica como, “la apropiación del cuerpo y procesos reproductivos de las mujeres por prestadores de salud, que se expresa en un trato jerárquico deshumanizador, en un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, trayendo consigo pérdida de autonomía y capacidad de decidir libremente sobre sus cuerpos y sexualidad impactando negativamente en la calidad de vida de las mujeres". En septiembre de 2014 se publicó una declaración en la que se denunciaba el maltrato y la falta de respeto en la atención al momento de dar a luz, promoviendo de esta manera la formación de políticas de control de calidad en los centros de salud y la implicación de todos los intervinientes, incluidas las mujeres, a quienes se exhorta a denunciar las malas praxis y a reclamar un trato digno y respetuoso hacia sí mismas y sus criaturas.

Los factores influyentes en el nivel de concientización, cuestionamiento, modificación y mejoramiento de algunas prácticas antiguas y repetidas mecánicamente son: la naturalización de las prácticas rutinarias médicas y las características machistas o protocolo de las intervenciones que históricamente se han dado en el sistema de salud y el desconocimiento y la falta de información de las pacientes.

El miedo cultural es un factor importante. Se cree que gestar es un período de “vulnerabilidad”, como si todas las enfermedades y riesgos estuvieran al acecho. Algunas mujeres se asustan de solo pensar en las contracciones.

Lo sagrado que significa materializar el espíritu de un ser al parirlo, hoy en día se programa como si fuera una cita al dentista.

“Nos han hecho creer que no somos capaces de parir a nuestros propios hijos e hijas, nos tratan como objetos y han convertido este acto, en un negocio lucrativo para las clínicas y hospitales”, asegura Pabla Pérez, autora del libro “Manual Introductorio a la Ginecología Natural”. El nacimiento común en estas instituciones es un suceso frío, despersonalizado y excesivamente intervenido por diferentes manos, generándose en casi el 90 por ciento de los casos el primer trauma, que es el de nacer bajo violencia obstétrica. Todo es muy raudo, frívolo y agresivo. Pocos profesionales de salud aseguran el apego inmediato de la madre y su bebé, así como la estimulación de la lactancia materna temprana. Para el sistema médico es un número más que se suma a su larga lista de atención.

La situación es compleja. Querer cambiar estas prácticas costará años y años de un duro trabajo, si bien existen leyes que respaldan a la mujer (como la 348, la 475, y derechos universales; derecho a la salud y derechos sexuales y reproductivos), existen obstáculos que siempre van a ser justificados.

Se trata de educar, informar, y otorgar las herramientas necesarias para incentivar a nuestras mujeres a que se empoderen y de esta manera exigir y hacer valer sus derechos. Basta con cuestionarnos si somos objetos de estudio o seres humanos con dignidad.



El Estado y los gobiernos departamentales son responsables de garantizar el derecho a la salud, la cual es la disciplina encargada de la protección de la salud a nivel poblacional. El tema de la violencia obstétrica debe ser agenda de la salud pública.



El proceso de la gestación y el parto son momentos en que las mujeres están vulnerables a distintos tipos de vejaciones relacionadas con su salud reproductiva. Es una problemática vieja, pero nueva; actualmente ya se habla del tema pero sigue ocurriendo en muchos lugares y no todas las mujeres entienden bien a qué se refiere el término.

FORMAS DE VIOLENCIA OBSTÉTRICA:

Acciones directas contra la mujer

• Ser obligada a estar inmovilizada durante la labor y el parto, impidiendo hacer otras posturas.

• Ser amarrada y/o inmovilizada contra su voluntad.

• Ser obligada a callar.

• Agresiones verbales de carácter sexual (chistes y comentarios sexuales, referencias negativas a la sexualidad de la mujer).

• Impedir la presencia de un acompañante (esposo, madre).

• No detenerse cuando se realizan procedimientos dolorosos, innecesarios o violentos a pesar de solicitarlo (por ejemplo tactos excesivos o muy dolorosos, ruptura de membranas).

• Ser separada del bebé por demasiado tiempo sin explicaciones.

• Ser humillada por parte del personal médico y/o enfermeras durante tu embarazo cuando se exige información y opciones.



En cuanto a medicación



• Aplicación anestesia epidural u otros procedimientos sin consentimiento.

• Aplicación de intervenciones innecesarias en contra de la voluntad (enemas, rasurado).

• Realización de episiotomía innecesaria sin informar los riesgos del procedimiento.

• Interferir con la lactancia materna, no brindando información ni acompañamiento.

• Ser víctima de esterilización sin consentir el procedimiento o sin ser informada.



En cuanto al personal médico



• Violencia verbal por parte del personal médico y/o enfermeras.

• Staff médico actúa como si la parturienta no estuviera presente, ignorando incluso sus preguntas y peticiones.

• Presencia de múltiples extraños sin consentimiento durante la labor y/o parto.

• Filmar, tomar fotos u otros registros audiovisuales sin consentimiento de la mujer.

• Inducción de parto y otras intervenciones sin consentimiento y sin informar riesgos y opciones.

• Realización de cesáreas innecesarias en contra de la voluntad y/o sin informar riesgos y opciones.

• Negar el acceso a la historia clínica.

• Utilizar a la madre sin su consentimiento, como instrumento para la enseñanza a estudiantes de medicina de procedimientos dolorosos, riesgosos (para ella y el bebé) y/o innecesarios.