lunes, 27 de abril de 2015

Los riesgos de retrasar la maternidad

Es un hecho. Las mujeres, y las españolas en particular, cada vez deciden ser madres a mayor edad. En 1990, tenían su primer hijo a una media de 26,8 años. En 2013 la media fue de 30,4; es decir, 3,6 años más tarde. ¿Cuáles son las causas por las que las mujeres deciden ser madres cada vez a una edad más elevada?

Los expertos consultados lo tienen claro. Eduardo Hertfelder,presidente del Instituto de Política Familiar (IPF), destaca, en primer lugar, motivos económicos. «En los últimos años, los sueldos "mileuristas" han provocado que los jóvenes tarden más en emanciparse, lo que retrasa, a su vez, que formen un matrimonio y tengan hijos».

Además, «se ha producido —apunta Gerardo Meli, sociólogo de la Universidad Autónoma de Madrid— un alargamiento del periodo educativo con los estudios de postgrado y se creado una "norma social" que establece que no se pueden tener hijos hasta que la situación económica de la pareja no esté estabilizada. Digamos que eso hace que el calendario de fecundidad esté condicionado fuertemente por las posibilidades de incorporación al mercado de trabajo y la estabilidad en las fuentes de ingresos de los dos miembros de la pareja».
O ahora, o nunca

A ello se suma, que muchas mujeres que inician su carrera profesional no se ven apoyadas por el mundo empresarial y, además, ante la falta de medidas conciliadoras, ven peligrar su trayectoria si deciden ser madres. Es entonces cuando deciden retrasar su maternidad hasta el momento en que por cuestiones de edad se enfrentan a una de las decisiones más importantes: o ahora, o nunca.

La mujer debe valorar al retrasar un embarazo que quizá se quede en el intento. Manuel Fernández, director del centro especializado en medicina reproductiva IVI Sevilla, apunta que asumir la primera gestación a partir de los 40 años, conlleva riesgos.

A partir de los 35 años, «la mujer sufre un deterioro importante respecto al número de óvulos que produce su cuerpo, efecto que será muy acusado entre los 38 y 42 años —explica—. Es decir, las posibilidades de lograr una fecundación se reducen considerablemente».

Del mismo modo, desde los 38 años crece de forma muy significativa la posibilidad de que el embrión padezca anomalías cromosómicas, la más conocida es el Síndrome de Down, así como abortos. La causa está en que a más edad, inferior calidad del óvulo.

Conscientes de estos problemas, cada vez más mujeres deciden congelar sus óvulos. En España está permitida esta práctica a partir de los 18 años, pero las leyes no han establecido una fecha límite de fecundación. «Aún así, los centros privados y públicos de reproducción hemos fijado los 50 años como tope para implantar el óvulo fecundado en el cuerpo de la mujer”.

Manuel Fernández es testigo de que las mujeres esperan cada vez más años para ser madres y acuden a la ciencia y tecnología para conseguirlo. «Es una tendencia en aumento. Lo que hoy parece una revolución, mañana será un hecho normalizado».

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