miércoles, 30 de julio de 2014

Las buenas madres aumentan las neuronas de sus bebés

Ejercer una buena maternidad aumenta la capacidad intelectual de los recién nacidos, según una nueva investigación. Los científicos encontraron que la presencia de la madre tiene una influencia positiva en la generación de neuronas de sus hijos.

Los investigadores esperan desarrollar herramientas de diagnóstico y terapias para las personas cuyos cerebros se han deteriorado o simplemente subdesarrollado durante la infancia.

Estos son los primeros resultados que muestran cómo las conductas de apego temprano, incluyendo anidación (en mamíferos), cuidados y aseo impactan en las etapas clave del desarrollo del cerebro después del nacimiento.

"Nuestra investigación muestra cómo en los mamíferos la estimulación sensorial de la madre ayuda a esculpir y moldear el crecimiento del cerebro del bebé y ayuda a definir el papel de la crianza en el desarrollo saludable del cerebro, y ofrece en general un mayor conocimiento de lo que constituye una buena madre", afirma la profesora Regina Sullivan, de la Universidad de Nueva York.

No todos son iguales

El estudio también ayuda a explicar cómo las diferencias en la forma en que las madres alimentan a sus crías puede explicar, en parte, la amplia variación en el comportamiento infantil de los animales. Esto incluye a las personas que tienen antecedentes similares o viven en culturas uniformes y muy cohesionadas.

Durante el estudio los investigadores observaron ratas recién nacidas y hallaron que mientras estaban protegidas y bien alimentadas, sus neuronas crecieron y se comunicaron mejor entre sí.

Un análisis de casi 100 horas de video y lecturas eléctricas del cerebro de las crías encontró que el vínculo materno-infantil moldea la actividad neuronal temprana

Aumenta el número de células cerebrales

Los patrones de ‘onda lenta’ de las señales neuronales registradas durante las fases iniciales del desarrollo del cerebro de los mamíferos en ratas de edades comprendidas entre 12 y 20 días, se parecen mucho a los observados en seres humanos durante la meditación, durante los ciclos de sueño-vigilia y durante la atención altamente concentrada.

Esto indica que, cuando las ratas estaban con sus madres, sus cerebros fueron sometidos a períodos de aumento de la generación de neuronas. Cuando la madre no estaba presente, sin embargo, su actividad cerebral fue más errática.

Investigaciones previas en animales mostraron cómo las interacciones maternas influencian la actividad de los genes en el cerebro infantil. Este último estudio ofrece una perspectiva aún más profunda sobre el cuidado materno.

Emma Sarro, coautora del trabajo, afirma que los hallazgos ayudarán a los científicos y a los médicos a comprender mejor las implicaciones cerebrales de las interacciones de calidad y la vinculación entre madres e hijos después del nacimiento, y cómo estas conductas de apego biológico influyen en el ‘cableado’ del cerebro.

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