El consumo de la leche materna proporciona diversos beneficios tanto al bebé como a la mamá, al medio ambiente y a la sociedad, ya que ésta hace de que los bebés crezcan hasta convertirse en niños afectuosos y adolescentes menos conflictivos, explica Pilar Sologuren, líder de la Liga de la Leche Materna en Bolivia.
Casi todas las madres, en algún momento, ya sea porque que termina su baja de maternidad o porque las circunstancias le impidan estar con su bebé todo el tiempo, tienen que recurrir a la extracción de la leche materna para su uso posterior.
Para este fin existen diferentes técnicas y cada mamá encontrará la más adecuada para su situación. Se puede realizar desde la extracción manual (técnica Marmet) o utilizar un sacaleche manual o eléctrico.
“Lo importante para cualquiera de estas técnicas es que se realice un lavado de manos y del seno con agua y jabón previo a la extracción para evitar la contaminación, así como masajear suavemente el pecho en forma circular para estimular el descenso de leche. La cantidad de leche que se obtenga dependerá del momento del día, de la habilidad de extracción y de cuán cómoda se encuentre la madre en el ambiente donde se la extrae”, asegura la pediatra Yesica Anabela Jarque.
Para el correcto almacenamiento de esta leche es aconsejable utilizar recipientes duros, de plástico o vidrio, con un cierre hermético. Nuevas en el mercado son las bolsas de plástico diseñadas para almacenar la leche materna. Cualquiera que se utilice debe ser rotulada con la fecha de extracción y la cantidad de leche, ya que la conservación depende de ciertos requisitos”, complementa.
La Liga de la Leche Materna en Bolivia recomienda inicialmente almacenar la leche extraída de dos en dos onzas, hasta saber cuánto toma cada bebé, porque cuando este alimento se ha calentado una vez ya no puede volverse a ingerir después.
El tiempo de almacenamiento dependerá básicamente de la temperatura a la que esté, puede variar de unas pocas horas hasta un año. Por ejemplo: si la temperatura es de 4°C (heladera) se mantiene por tres días, si es de -15°C (hielera sin puerta independiente), el periodo de almacenamiento será de hasta dos semanas; si es de -18°C (hielera con puerta independiente) durará entre tres y seis meses; si es de -20°C (freezer) podrás guardarla entre los 6 y los 12 meses, enfatiza la doctora Jarque.
Precauciones
“La lactancia materna es la mejor opción para alimentar al bebé, pero en algunos casos debe evitarse—aclara la pediatra—, por ejemplo, cuando el infante presenta enfermedades metabólicas (problemas para digerir la leche), o la madre es portadora de VIH/sida. Tampoco es recomendable si ella se está realizando quimioterapia por algún tipo de cáncer o si padece de alcoholismo o drogadicción”.
La cultura popular también ha creado falsas contraindicaciones que contradice la médica: Sí pueden dar de lactar madres con hepatitis A, resfrío, gripe, amigdalitis, diarrea y epilepsia, entre otras enfermedades.
La Liga de la Leche Materna aconseja que se almacene la leche materna para cuando la mujer no pueda estar cerca del bebé. Mientras más tranquila esté la madre, la leche podrá extraerse con más facilidad, y mientras podrá usar el alimento que esté almacenado. Esto liberará a la progenitora del estrés.
Las diferentes herramientas necesarias para la extracción de leche se pueden encontrar en cualquier tienda especializada en artículos de bebé, la madre tan solo deberá decidir cuál es la más adecuada para ella.
Nutrientes
Durante el primer año de vida o por lo menos hasta los ocho meses, los médicos recomiendan la alimentación exclusiva con leche materna.
Agua
Para una mayor producción de leche, la madre debe consumir entre dos y tres litros diarios de líquidos.
Regiones
En climas secos y calurosos, la leche materna basta para satisfacer las necesidades de líquidos de un lactante. No es necesario darle más durante los primeros seis meses.
Fuente: Dra. Yesica Anabela Jarque, pediatra Embriovid / Pilar Sologuren, Líder de la Liga de la Leche Materna en Bolivia.
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