jueves, 16 de mayo de 2013

Tu salud antes, durante y después del embarazo

Recordamos los beneficios del acto más natural y antiguo del ser humano. Recalcamos los múltiples beneficios de amamantar a tu hijo durante, al menos, los seis primeros meses de vida.

Beneficios: ¿Qué beneficios aporta la leche materna? Al niño, todos: contiene las vitaminas, minerales, grasas, hormonas, enzimas y defensas que el bebé necesita. La lactancia natural asegura una mayor protección inmunológica, un mejor desarrollo psicoafectivo cerebral y puede llegar a influir en la prevención de enfermedades estomacales, la otitis y hasta puede prevenir la mortalidad infantil.

En el caso de los prematuros, la lactancia materna marca una gran diferencia en su desarrollo: ganan peso con más facilidad y está demostrado que aquellos que han sido alimentados por sus madres están más sanos y se les da el alta antes.

En el caso de las madres también hay beneficios; las que han amamantado recuperan más rápidamente su peso y pueden prevenir enfermedades cardiovasculares y hasta cáncer. No olvidemos tampoco el vínculo maternofilial que se crea durante la lactancia.

Leche maternizada. Los preparados sustitutivos de la leche materna tienen una composición muy similar a la original. Y es que no todas las madres están igual de predispuestas a amamantar o pueden hacerlo físicamente, de manera que estas fórmulas son una solución sana y perfectamente adecuada. Los motivos que pueden llevar a una mujer a escoger la leche maternizada son íntimos y privados. Cada madre debe tomar sus propias decisiones sin sentir que la están convenciendo de hacer algo que no quiere.

TU ESTRÉS AFECTA A TU BEBÉ

El estrés puede afectar al desarrollo emocional y social del niño, y causarle baja autoestima y problemas de memoria. Científicos germanos descubrieron que los descendientes de las mujeres que habían sido víctimas de una circunstancia angustiosa y estresante presentaban diferencias en un gen denominado receptor de glucocorticoides (GR), que ayuda a regular la respuesta hormonal del organismo ante situaciones estresantes, haciendo que la persona sea más consciente del estrés para poder reaccionar a la situación de riesgo o amenaza más rápido, mental y fisiológicamente.

Los adolescentes descendientes de mamás estresadas eran, en general, más impulsivos y susceptibles al estrés y tenían más problemas para controlar sus emociones.

“Parecería como si el feto recibiera señales de su madre que le indican que va a nacer en un mundo peligroso”, han señalado los autores de la investigación, los doctores Helen Gunter y Thomas Elbert, de la Universidad de Constanza.

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