La costumbre de envolver a los niños, que se conserva en Bolivia, es debatida entre expertos extranjeros, pues hay quienes manifiestan sus beneficios y otros que aseguran que puede causar problemas a la salud del bebé.
Una publicación en Tendencias, de Yahoo, señala, por ejemplo, que la técnica del swaddling o “envolvimiento” es antiquísima y muy utilizada en países como Bolivia, y se la puso de moda en las últimas décadas por la tendencia de la crianza con apego o “natural”.
Se dice que los bebés, al nacer, extrañan el útero materno y algunos se sienten más seguros y duermen mejor si se les envuelve como a un tamal. Sin embargo, este hecho puede tener sus pros y sus contras.
Los beneficios. Envolver a los niños, aseguran, hace más fácil la transición del útero al exterior, al darles un abrigo que se asemeja al vientre materno y les da una sensación de protección.
Esto también evita que los movimientos reflejos del bebé le molesten mientras duerme. “Ayudamos a que el bebé mantenga una temperatura corporal constante. Además, al estar calientes y apretados, sufren menos cólicos”, señala la publicación.
Según el pediatra Julio Gutiérrez, envolver a los bebés también permite a las madres poder manejarlos de forma más segura. En nuestro medio, es común que las mujeres carguen a sus bebés en la espalda, por lo cual, según el profesional, esta técnica también permite que los niños adopten una buena posición.
Los problemas. Los expertos, sin embargo, también recomiendan tener cuidado al utilizar esta técnica, ya que los bebés deben aprender a moverse por sí mismos, explorar su motricidad, conocer sus manos.
“El swaddling debe ser usado, según expertos, en casos puntuales, sólo si se comprueba que ayuda al bebé a dormir y lo calma, pero nunca más allá de los dos o tres meses”, señala el artículo.
Dada la popularidad de la técnica, existen también numerosas voces contrarias que afirman, incluso, que puede ser una causa de muerte súbita o es origen de muchos problemas de cadera, que pueden ser provocados por abusar de las mantas.
Esto sucede, claro, si el envolvimiento se prolonga en niños mayores de los tres o cuatro meses de vida.
Durante su crecimiento, los bebés no deben estar envueltos todo el tiempo, en especial cuando están despiertos, porque ello podría interferir en su movilidad y desarrollo.
3 meses es el tiempo máximo que los expertos recomiendan para tener envuelto a un bebé.
Apretar el cuerpo de un bebé con las mantas, a veces más de dos, le quita oxígeno y perjudica su crecimiento normal.
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