miércoles, 1 de junio de 2016

De la primera bebé probeta a los niños creados en laboratorio



La noticia de que una mujer exigió el esperma congelado de su marido difunto en España causó revuelo, posiblemente tanto como hace 40 años lo hizo la primera fecundación in vitro de la cual nació Louise Brown, conocida como la bebé de probeta.

Pese a la controversia de su momento, hoy en día ese método de concepción es un lugar común y ha ayudado a miles de parejas a tener un hijo. Pero la ciencia no se ha quedado ahí y en las cuatro décadas siguientes las investigaciones prometen revolucionar la concepción desde los laboratorios.

En 1920, el especialista en genética John Burdon Haldane dijo que el año 2074 más del 70% de los humanos nacería de forma artificial. Todavía estamos lejos de eso y parece una idea ambiciosa, pero los avances científicos demuestran que su predicción no era irreal.

Congelamiento de óvulos
Es posible postergar la maternidad si se congelan los óvulos antes de cumplir 35 años. Según el portal de Time Freeze, primero se debe estimular la ovulación y luego hacer un aspirado folicular para obtener los óvulos que luego se vitrifica y conserva congelados hasta que la mujer decida utilizarlos para ser madre.

Esperma de células madre
Obtener espermatozoides de humanos lejos de los testículos y fuera de los bancos de esperma podría ser una realidad en el futuro. Un equipo de científicos chinos ha creado con éxito esperma de ratón a partir de células madre que luego se inoculó en óvulos, según se ha publicado en la revista Cell Stem Cell. Esta técnica reproductiva es una esperanza para tratar la infertilidad humana.

Úteros artificiales
De las tecnologías que se vienen desarrollando, se destaca una que a su vez fascina y desconcierta: la ectogénesis, que consiste en desarrollar un feto fuera del cuerpo de la madre en un útero artificial.
En Japón un equipo liderado por Yoshinori Kuwabara desarrolló, en los años 80, la incubación extrauterina con una cabra y tuvo con vida al feto durante diez días en un útero artificial, publica El País.

Si este método de concepción se concreta en humanos, las mujeres tendrán la libertad de tener niños sin embarazarse y la propagación de nuestra especie ya no dependerá exclusivamente de un cuerpo humano

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