jueves, 9 de junio de 2016

Dar el pecho en público: ¿sobreexposición o voyeurismo?

Hace un par de semanas, una decena de mamás organizó en Guadalajara, México, una "tetada masiva" para apoyar a una mujer que fue retirada de un shopping por guardias de seguridad por estar amamantando a su hijo "en público". Con el lema "El mundo es mi sala de lactancia" intentaron llamar la atención sobre un acto que consideraron discriminatorio.

En nuestro país fuimos testigos hace unos meses del revuelo que se generó cuando la diputada Victoria Donda le dio el pecho a su hija Trilce en el Congreso. "Tenía hambre y le di la teta, no conozco otra forma de callarla", comentó en un video publicado en YouTube.

Periódicamente vemos que diversas redes sociales "censuran" fotos de mamás dando la teta a sus hijos. Por ejemplo, Facebook "reportó" en cinco oportunidades distintas fotos de Maria Corry, modelo estadounidense y madre de dos nenes, mientras estaba amamantando. Tanto es así, que ella respondió con una ironía y subió una nueva imagen pero, esa vez, cubriéndose con una foto de una modelo de Victoria's Secret bien sugerente.

Pero aunque "las redes sociales" tengan ciertas (y criticables) políticas de admisión de imágenes, también hay internautas (que a esta altura de WiFi y teléfonos inteligentes, somos una gran cantidad) que dicen sentirse ofendidos por esto y tildan a aquellas que se muestran dando el pecho como "exhibicionistas" y "malas madres".

Esto fue lo que le pasó a Naomi Jael, de 21 años, cuando subió una imagen de su hijo de 10 meses alimentándose en un casamiento. "¿Cuál es el alboroto?", dijo. "Alimenté a mi bebé. Él me quiere ver. No le gusta que le ponga una manta sobre su cara. Odiénme todo lo que quieran, pero si esto les ofende, el problema son ustedes".

En tiempos donde la lactancia materna es incentivada desde todos los frentes médicos posibles por sus múltiples beneficios y, a la vez, los cuerpos femeninos están híperexpuestos, espantarse por una teta afuera que da de comer a un bebé parece ridículo.

Wanda Buccilli tiene 42 años, es abogada y hace cuatro meses tuvo a Francesca. "Reconozco que cambié mi forma de pensar desde que tengo a mi bebé. Antes veía a mis cuñadas, por ejemplo, que 'sacaban la teta' y me parecía medio cavernícola. Ahora me parece una pelotudez haber pensado eso", comentó a Entremujeres. "Con todas las cosas que se ven, juzgar a una mamá por dar la teta me parece tonto".

Más que criticar a quien "se expone", habría que pensar qué le produce a aquel que mira. "Tiene que ver con lo cultural", dice a Entremujeres Silvina Gradi, psicopedagoga y puericultora de la Fundación Lactancia y Maternidad (FUNDALAM). "Si bien se está aceptando más, aun cuesta. Es un momento íntimo de alimentación y de encuentro de la mamá y el bebé. Para ellos no es una cuestión de exposición, sino que esa mirada tiene que ver más con el entorno y con qué les pasa a los que ven esto, es decir, qué les refleja a ellos esta situación amorosa que ven".

"Cuando vas a un restaurante, sentís que la gente te mira. Me tapo un poquito -no la escondo- y le doy, priorizo a mi bebé. Si estoy en una reunión, con amigos por ejemplo, y me puedo correr un poco, lo hago. Si no, le doy donde puedo", señaló Wanda.

Silvina insiste en que "es un beneficio que la mamá pueda amamantar y tenga el espacio para poder hacerlo". Y recalca que "la mamá y el bebé también necesitan un lugar privado o más cómodo, y probablemente la calle no sea el mejor lugar, pero si ese bebé lo necesita, ella debe responder a esa necesidad. Es importante que como sociedad podamos acompañarlos".

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