La influenza es un virus que puede producir una enfermedad infecciosa aguda de las vías respiratorias.
“Entre sus características más importantes está su elevada capacidad de transmisión (de una persona a otra). Se presenta generalmente en invierno y de una forma epidémica. Se constituye en un importante problema de salud pública por las complicaciones, los costes económicos y sociales que puede producir, además de la mortalidad a la que predispone directa o indirectamente”, indica la Dra. Melina Nava, médico especialista en inmunología.
“El virus causante de esta afección respiratoria tiene una elevada capacidad de sufrir variaciones en sus antígenos de superficie (proteínas que tienen especial relevancia en la capacidad de infección del virus y frente a las que los seres humanos producimos anticuerpos que nos protegen). Estas variaciones implican la aparición de nuevos virus gripales frente a los que el ser humano no tiene protección. Actualmente existen vacunas antigripales con una alta efectividad y seguridad para controlar el proceso, pero debido a esta alta capacidad de estos virus, año tras año la vacuna debe actualizarse cada nueva temporada y administrarse anualmente”, indica la Dra. Nava.
“Debido a los cambios en el sistema inmunitario, el corazón y los pulmones durante el embarazo, es muy probable que la influenza provoque enfermedades graves en este grupo de pacientes que en mujeres que no están en la misma condición. Enfermar de influenza durante el embarazo también aumenta el riesgo de presentar complicaciones durante el mismo, incluido un parto prematuro. Estudios han demostrado que las embarazadas pueden pasarle anticuerpos al bebé a través de la vacunación y así protegerlo de la influenza durante los seis primeros meses después del nacimiento. Por ello, se considera que la vacunación en este grupo es fundamental”, explica.
LA VACUNA EN EMBARAZADAS
“Lo ideal es vacunarse antes de que comience la actividad del virus de la influenza en la comunidad. Los proveedores de servicios de salud deberían ofrecer las vacunas antes de abril, de ser posible, y ésta seguir ofreciéndose mientras el virus siga en circulación.
Si bien los brotes de influenza estacional pueden aparecer a principios de abril, la mayoría de las veces el período de mayor presencia de la enfermedad ocurre entre junio y agosto, aunque la actividad puede durar hasta fines de septiembre, principios de octubre. Como la producción de los anticuerpos que protegen contra la infección por virus de la influenza demora aproximadamente dos semanas a partir de la vacunación, lo mejor es que las personas se vacunen para estar protegidas antes de que la influenza comience a circular en su comunidad. En nuestro país, desde fines de marzo o principios de abril”, dice.
Las vacunas contra la influenza son una manera segura de proteger a las mujeres embarazadas y a los bebés en gestación de la enfermedad grave y complicaciones por la influenza, como la neumonía.
“Millones de mujeres embarazadas se han vacunado contra la influenza en forma segura durante muchos años. No han mostrado causar ningún daño a ellas ni a sus bebés y pueden ser adquiridas en cualquier periodo o trimestre de gestación. Los efectos secundarios que puede ocasionar la vacuna contra la influenza, como dolor o enrojecimiento en el lugar de la inyección, son muy leves en comparación con los problemas graves que puede causar la influenza en las mujeres embarazadas y sus bebés”, indica la Dra. Nava.
“No se ha demostrado que las vacunas inyectables contra la influenza causen algún daño a mujeres embarazadas o sus bebés, es más, es importante que las mujeres embarazadas reciban la vacuna contra la influenza. La nueva vacuna de 4 cepas contra la influenza, FluQuadri de Laboratorios Sanofi Pasteur puede ser requerida en centros de salud, clínicas y farmacias de todo el país”, indica Sanofi Pasteur.
PREVENCIÓN
Estas recomendaciones son para todos, embarazadas y no, niños, adultos, jóvenes, ancianos.
La mejor manera de protegerse contra la influenza es vacunándose todos los años.
Otras medidas de prevención, pueden ser:
• Evitar el contacto cercano con personas enfermas.
• Tratar lo menos posible de permanecer en lugares donde haya muchas personas o sitios cerrados.
• Lavarse las manos con agua y jabón frecuentemente. Si no se dispone de agua y jabón, utilice desinfectante para manos a base de alcohol.
• Evite tocarse los ojos, la nariz o la boca. Los gérmenes se diseminan de esta manera.
Si lamentablemente la persona ya está enferma, pues su obligación es para con los demás.
• Mientras esté enfermo/a, limite el contacto con otras personas tanto como sea posible para evitar contagiarlas.
• Cúbrase la nariz y la boca con un pañuelo al toser o estornudar. Arroje el pañuelo a la basura luego de utilizarlo.
Además de cuidar nuestra salud es fundamental cuidar la de los que nos rodean.
VACUNAS CONTRAINDICADAS EN EL EMBARAZO
“Las vacunas que están contraindicadas durante el embarazo son las que están compuestas por virus vivos atenuados, ya que dentro de sus complicaciones está la de presentar una enfermedad atenuada, producida por el virus de la vacuna. Entre éstas están la vacuna del sarampión, paperas y rubéola. Están contraindicadas también la vacuna contra la hepatitis A, fiebre tifoidea, papiloma humano, rabia, contra la polio, tosferina y fiebre amarilla”, asegura la Dra. Nava.
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