lunes, 4 de mayo de 2015

¿El bebé prefiere a la niñera?

Trabajar en las mañanas y en las tardes obliga a muchas mujeres a contratar a una niñera para que se quede con su hijo, pero de pronto se dan cuenta que por solucionar un problema se crea otro más interno, ya que mientras más pasa el tiempo, el menor pierde afecto hacia su progenitora y reclama a su niñera. Esta situación pone en conflicto los sentimientos de las madres, al punto de generar celos.

'La mamá es la mala'. El psicólogo William Villagómez explicó que el problema radica por la falta de comunicación entre la madre y su niñera. "La niñera le da gusto en todo, mientras la 'mamá mala' es la que llega por las noches e intenta atender a su hijo y a éste no le gusta la forma en que le da la cena o cuando lo lleva a la cama, porque quien conoce sus mañas es la primera y la madre al desconocerlas se fatiga pierde la paciencia y termina reteando al pequeño en vez de buscar la solución", ejemplificó el especialista.

Solución. Una alianza es lo mejor que se puede hacer. Por ejemplo, acordar de llamar una o dos veces al día por lo menos para hablar con el niño o cantarle una canción, aunque sea para que él escuche su voz y no sienta la ausencia de su mamá". Muchas veces, ellos hacen berrinches por la ausencia de su madre y para calmarlos, las niñeras buscan la manera de distraerlo dándole gusto con otras cosas porque esta persona, no tiene el derecho de regañar y así es que comienzan las malas mañas.

Un reporte. Lo ideal es que al finalizar su jornada, la niñera le dé un reporte como un "traspaso de turno" (como hacen las enfermeras), para ello, la mamá debe de preguntar cómo se portó o qué hizo el niño durante la mañana y la tarde "de los berrinches que hizo, las cosas que le gusta y lo que no le gusta, etc".

Consejos. Una madre es irreemplazable, por eso el psicólogo recomienda que ésta debe estar junto a su hijo desde que nace hasta los seis años. El rol de la mamá es muy importante para la criatura que busca ayuda y cariño de alguien mientras va descubriendo el mundo.

La realidad de la vida. Villagómez recalcó no olvidar que mientras el niño va creciendo de nada sirve si la mamá se la pasa trabajando y no ve el desarrollo de cada una de sus etapas. Hay que darse cuenta que cuando los hijos crecen, no van a querer a la niñera ni a la mamá, sino a la corteja y esa etapa que se perdió de pasar juntos en sus primeros años, el tiempo se los llevó y nunca más habrá otra oportunidad.

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