domingo, 16 de febrero de 2014

El temido reflujo

EL REFLUJO PUEDE SER UNA VERDADERA TORTURA PARA EL BEBÉ Y SUS PADRES | ENTÉRESE DE CIERTOS ASPECTOS SOBRE ESTA AFECCIÓN Y ALGUNAS MEDIDAS SENCILLAS PERO MUY EFECTIVAS.

Si su bebé regurgita leche, tiene hipo constantemente y llora sobre todo a la hora de ser amamantado, puede ser que sufra de reflujo, una afección en la que el contenido estomacal (alimento o líquido) vuelve desde el estómago hacia el esófago (el conducto que va desde la boca hasta el estómago). Existen ciertas medidas sencillas que se pueden adoptar y que dan buenos resultados.

“El Reflujo gastroesofágico (RGE) se considera normal en los lactantes hasta los tres meses y se debe a la inmadurez del esfínter esofágico inferior, o unión esófago gástrica, que no se cierra en forma adecuada y entre el tercer y sexto mes de vida el esfínter adquiere la madurez suficiente como para lograr un cierre efectivo” explica Jorge Camacho Álvarez, médico pediatra (Univ. de Chile), Intensivista Infantil (CONACEM) y Neurointensivista (Inst. de Neurocirugía Asenjo -Santiago de Chile).

OH! conversó con el Dr. Camacho para conocer más sobre esta afección.



OH!: ¿Es más común hoy en día?

Jorge Camacho (J.C.): No es que ahora sea más frecuente, sino que ahora se hace el diagnóstico por un mayor conocimiento de esta patología, ya que existió siempre. Pero tal vez, ahora se hace más evidente su presentación, por la combinación con patologías de más reciente diagnóstico que han ido en aumento en el último tiempo, como la intolerancia a la lactosa y la alergia a la proteína de leche de vaca.



OH!: ¿Se medica?

J.C.: En la mayoría de los casos no requiere tratamiento con medicamentos, por tratarse de un evento fisiológico y basta con tomar las que se conocen hoy en día como medidas antireflujo.

En general el tratamiento con medicamentos se indica cuando el RGE es muy severo provocando complicaciones, como por ejemplo: una esofagitis (Proceso inflamatorio del esófago, debido a que la mucosa esofágica no está destinada a recibir un contenido acido, tan intenso como el contenido gástrico y por consiguiente se produce una lesión en la mucosa esofágica, que es equivalente a una quemadura que es muy dolorosa, y se caracteriza por llanto muy irritable que se presenta unos minutos después de alimentar al bebé y que por lo general va acompañado de un mal dormir, rechazo alimentario y mal incremento de peso. En esos casos se requiere tratamiento con medicamentos, además de las medidas antirreflujo.



OH!: ¿Cuáles son estas medidas?

J.C.: Consiste en nunca acostar al bebé en posición plana, sino siempre mantener la cabecera más alta que los pies con una diferencia de más o menos 10 a11 cm, incluso intentar que esa posición se mantengan hasta para cambiar al bebé para que la gravedad juegue a favor de este fenómeno y al hacer que el contenido gástrico se vaya hacia el fondo, disminuye la posibilidad de que vuelva hacia el esófago. Para esto existen múltiples accesorios como son los colchones antirreflujo que mantienen al bebé en la posición deseada incluso cuando duermen, que es fundamental.

Otro cuidado que hay que tener es no sostener al bebé del estómago ya que de esa forma se comprime el estómago y se aumenta la presión intraabdominal lo que puede facilitar el reflujo hacia el esófago. Por último, es muy importante una correcta técnica de alimentación que consiste en hacer eliminar los gases en la forma adecuada.



OH!: ¿Algunos casos requieren cirugía?

J.C.: La verdad que la cirugía en estos momentos se considera una terapia que sólo se recomienda cuando el paciente a pesar de optimizar todas las terapias, no logra el control del cuadro o cuando el incremento de peso es muy deficitario. Pero cada vez el tratamiento quirúrgico es menos frecuente.



OH!: ¿Hasta qué edad se presenta esta enfermedad?

J.C.: Entre los tres y cinco meses se considera normal, pero si hablamos de la enfermedad por Reflujo Gastroesofágico, si es muy patológico, que causa un deterioro en su crecimiento e incremento ponderal debería operarse en forma más o menos precoz para evitar un deterioro de la condición nutricional del paciente.



OH!: ¿Cómo darse cuenta qué la pérdida de nutrientes producida por vómitos y regurgitaciones puede causar serios problemas de salud?

J.C.: Cuando el incremento de peso no es suficiente pudiendo además producir un retraso en su crecimiento, pero eso debe evidenciar un buen pediatra en los controles sanos que se hacen a los lactantes menores, es por eso que durante el primer año de vida se recomienda un control mensual para ver cómo se está desarrollando y que al mismo tiempo se pondere el desarrollo psicomotor, e interrelación psicosocial con el medio.

LOS SÍNTOMAS

Según el especialista, en general el reflujo se manifiesta habitualmente como episodios en los que el bebé devuelve o regurgita leche cortada en pequeñas o moderadas cantidades después de la alimentación, en forma espontánea, sin presentar náuseas y posteriormente queda sin ninguna sintomatología.

“Esto es lo que se conoce como el reflujo fisiológico y solo hay que tener los cuidados básicos conocidos como medidas antirreflujo”, explica Camacho.

El hipo es un síntoma muy frecuente de reflujo en el lactante y se da por irritación del diafragma secundario a la salida del contenido gástrico ácido hacia el esófago.

Otros síntomas pueden ser los atoros frecuentes después de recibir la alimentación e incluso la ronquera o cambio de la tonalidad del llanto, por irritación de la laringe por micro aspiración constante del material regurgitado en los episodios de reflujo. Sin embargo, puede que el bebé nunca regurgite leche cortada y esto no descarta el RGE, ya que a veces solo se presenta la “rumiación”, que es cuando el RGE se da hasta el tercio medio del esófago, no se hace evidente y el bebé realiza un movimiento como de masticación y deglución reflejo que se da por este estímulo ácido regurgitado del estómago hacia el esófago.

“Cuando hay una esofagitis secundaria se caracteriza por llanto muy irritable que se presenta unos minutos después de alimentar al bebe, como ya se mencionó anteriormente y que va acompañado además de mal dormir, rechazo alimentario, y mal incremento de peso en este caso requiere tratamiento médico lo antes posible para aliviar el malestar y evitar alteraciones esofágicas que pueden dar muchos problemas posteriores”, concluye el especialista.

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