martes, 30 de mayo de 2017

Parto humanizado, respetando los tiempos del nacimiento



Todas pensamos en el momento del parto cuando nos enteramos que entramos en gestación y tenemos infinidades de dudas, desde cuidados en el embarazo hasta el momento de dar a luz. Es decisión nuestra organizar nuestros tiempos y espacios para llevar el embarazo y preparar el parto. Lamentablemente, hemos dejado de lado nuestras costumbres del nacimiento puro y, consciente o inconscientemente, aceptamos técnicas invasivas de medicación generalmente innecesarias porque la medicina apresura e interviene los procesos naturales, entonces la gestación se convierte en un proceso que hoy en día es tratado como una enfermedad.



El parto es nuestro

Se debe tener en cuenta principalmente las necesidades y derechos de las mujeres en lugar de las necesidades de las instituciones que las reciben. Hablamos de generar un espacio de contención en el que la mujer sea la protagonista y donde el nacimiento se desarrolle de la manera más armónica posible. En este contexto, los principales protagonistas son la madre que dará a luz y su recién nacido, ofrecerle los servicios que ella requiere y la atención que se merece es una obligación por parte de las instituciones médicas. Además, se refiere también a respetar las costumbres que tenemos cada una al dar a luz, entre estas están: la posición en la que deseamos parir, el elegir estar acompañadas de familia o quien querramos y si deseamos o no medicación.

Y no, esto de parir como cada mujer quiera no es una excentricidad ni una “modernidad” fruto de las ganas de innovar y llamar la atención. Hace más de 30 años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de Salud concluyeron que no es recomendable colocar a la embarazada rutinariamente en posición de litotomía (tumbada) y que cada mujer debe decidir libremente qué posición adoptar durante el parto. Es decir, que lo más lógico para que un parto vaya bien es que la mujer se vaya poniendo en cada momento en la posición que le pida el cuerpo, y que los profesionales que le atiendan estén cerca, o a su lado, según la mujer necesite más o menos apoyo, adaptándose en cada cambio de posición para seguir asistiendo a la mujer.

En este contexto, Magena Badani del centro Adhyatma Yoga-quien desde hace más de 15 años realiza la labor de “doula” (persona capacitada para brindar apoyo, tanto físico como emocional, durante el embarazo, el parto y el puerperio a mujeres en su camino a la maternidad)-acompaña a mujeres durante las etapas de gestación hasta el momento del parto y lactancia desde un aspecto amoroso y una visión de respeto total hacia la madre. Badani cuenta a M de Mujer que la formación de esta labor comienza preferiblemente partiendo del cuarto mes del embarazo hasta el término. Consiste en series y grupos de ejercicio específicos de pelvis, piernas, columna vertebral, respiración, relajamiento, teórica y práctica para el día del parto.



Parto en casa

Asimismo, Magena nos cuenta que la experiencia de parir en casa es maravillosa, pero se requiere una preparación especial. Lo placentero de un parto en casa es que a la mujer se le otorga un espacio íntimo, sereno, comodidad, luz tenue, libertad de movimiento, posiciones cómodas, privacidad, compañía y la importante “hora sagrada” del momento vital entre madre e hijo que muchos dejan de lado. El espacio es personal, no invadido. Además se deben realizar entrevistas muy exclusivas con la pareja, padre y madre, sobre todo para saber si hay mutuo acuerdo en esta decisión.

El médico obstetra tiene que observar el avance del embarazo. De manera que se vaya definiendo si será posible un parto en casa. Entre lo que tiene que observar a detalle es si la mujer se siente segura, la contención psicológica y emocional es importante, también el peso que va ganando, la presión arterial estable, la posición del bebé, tipo de alimentación y muchos otros factores que, a medida que se acerca el día del parto, son aún más intensificados.

Pabla Pérez en su libro de “Ginecología Natural” explica: “ninguna mujer merece gestar con miedo; menos, parir sin contención, respeto y cariño. No podemos permitirles a nuestras hijas e hijos que sigan naciendo bajo la sumisión a este sistema, que nos necesita atemorizados desde la placenta. Exijamos el respeto que merecemos. Ser mujer no es sinónimo de enferma”. Es necesario tomar en cuenta que las mujeres están hechas para gestar, parir y amamantar si así lo deseasen.



Actualmente, el porcentaje de nacimientos por cesárea es alarmante por el incremento que estos han sufrido los últimos años. Según datos del Sistema Nacional de Información de Salud de Cochabamba, el porcentaje duplica al 15% recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Cuando este porcentaje sube, es necesario realizar una investigación para ver a detalle cuáles son las causas y por qué más mujeres se someten a estos procedimientos.



DERECHOS AL MOMENTO DE DAR A LUZ

Las siguientes recomendaciones, otorgadas por la OMS, podrás exigirlas porque están respaldadas a nivel internacional:

• Recibir un trato digno y ser protagonista de tu parto

• Parir en tus tiempos biológicos y psicológicos, sin intervenciones innecesarias

• Ser informada y consultada sobre los procedimientos que se realicen

• Estar acompañada todo el tiempo por la persona que elijas

• Contacto piel a piel inmediatamente después del nacimiento

• Que tu intimidad sea protegida

• Decidir qué hacer con el cordón y la placenta

• Recibir información y apoyo para amamantar



“PARA CAMBIAR EL MUNDO ES NECESARIO CAMBIAR LA FORMA DE NACER”

Esta frase, no es solo un conjunto de palabras utópicas, sino la certeza científica de que se obtendría un mundo mejor si se trajera a un recién nacido en mejores condiciones. Así lo indica el prestigioso ginecólogo obstetra francés y uno de los defensores más notables del parto natural, Michel Odent. Durante una entrevista para el portal SerPadres, sostuvo que después de llevar más de medio siglo participando en nacimientos, un parto será más fácil y rápido cuanto más sola esté la mujer. Solo necesita una comadrona que tenga experiencia y una actitud maternal. Es el mejor entorno para liberar la oxitocina, que es una hormona tímida y no aparece si hay muchos espectadores.

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