sábado, 23 de julio de 2016

Natación para tu bebé: Ventajas

Muchas madres pueden sentir miedo y desconfianza de llevar a sus bebés a clases de natación desde muy pequeños, pero: ¿sabías que la natación en los bebés no solo puede ayudar a su desarrollo físico sino psicológico? Muchas son las ventajas generales que le puede traer la natación a un niño pequeño, pues todo su cuerpo y su mente se entrenan gracias a este deporte.

Y es que la natación no es solo uno de los ejercicios más completos para los adultos: a los niños también puede ayudarles a conocer el mundo, a sentir confianza en sí mismos y hasta a empezar a tomar buenas decisiones para sus vidas.

La natación ayuda notablemente al desarrollo psicomotor del bebé, ayuda a reconocer su cuerpo y a realizar movimientos en sus miembros superiores e inferiores de una manera más efectiva (mover la cabeza, alternar el movimiento de brazos y pies, entre otros), mejora notablemente su noción del equilibrio, coordinación y la noción del espacio.

Muchas enfermedades también pueden menguarse o curarse gracias a la práctica temprana de la natación. Entre ellas están: el asma, problemas musculares y articulares, enfermedades bronquiales y respiratorias, entre otras.

También, la natación es buena para desarrollar la fuerza en el bebé. Quiere decir que por medio de ella, tu hijo podrá gatear o caminar de una manera más rápida que los otros niños, además que aprenderá a medir la fuerza necesaria para realizar actividades del día a día.

Para los niños que presentan dificultades para comer, la natación les ayuda a abrir el apetito y a dormir mejor en las noches, ventajas que muchas madres rogarían por tener (sobre todo antes de que su hijo cumpla el primer año de vida), la natación ayudará al desarrollo cardiorrespiratorio de tu bebé: no solo respirará mejor sino que la circulación de su sangre será más regulada.

La natación también mejorará varias cualidades psicológicas y sociales del niño, como mejorar su autoestima al verse consiguiendo éxitos en una actividad concreta. Mejorará también el vínculo entre los padres y los niños, al tener un contacto amoroso y de confianza mutua precisamente cuando están empezando a nadar.

A través de la natación, el niño aprenderá además a relacionarse con otros amigos de su edad, formando un ambiente de camaradería y confianza con otros niños y niñas en la piscina. Vencerá, en algunos casos, la timidez a relacionarse con los demás.

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