Peso del bebé. Una macrosomía se detecta a partir de los percentiles que el ginecólogo mide en las diferentes ecografías que la embarazada se realiza tomando en cuenta que "3.800 gramos es considerado peso normal para el nacimiento del bebé; a partir de los 3.800 a 4.000 gramos se llama macrosomía relativa y de 4.000 gramos para arriba es denominado macrosomía fetal que en algunos casos llega hasta 6.000", detalló Fabián Barja. Las causas pueden ir desde genética, diabetes, hasta obesidad materna.
Genética. Puede ser que haya heredado el mismo tipo de crecimiento del padre o la madre. "Las mamás que hayan tenido un feto macrosómico en un embarazo anterior pueden tener el riesgo de volverlo a tener", explicó Áñez del Centro Intramed. Otros casos se da en "algunos grupos raciales como los menonitas, debido a su tipo de alimentación más hidrocarbonada. Lo normal hasta llegar al parto es que aumenten 10 kilos y ellas algunas veces llegan a duplicar este peso", resaltó Barjas.
Diabetes materna. En la diabetes tipo 2, la causa principal es la resistencia de la insulina por parte del organismo, porque los niveles de insulina son normales pero no suficientes para bajar el nivel de azúcar y eso hace que el feto crezca demasiado. Los niveles exagerados de glucosa pasan al feto y por eso producen el aumento de la insulina fetal.
Obesidad materna. Este es otro factor que influye bastante en la macrosomía fetal y para evitarlo, la mamá debe tener una educación en su alimentación.
Consejos. No olvidar de ir al ginecólogo para que vaya midiendo el tamaño y peso de la criatura.
"Lo recomendable para la embarazada es que asista a su médico como mínimo una vez al mes y dos veces al mes en el último bimestre", aconsejó.
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