jueves, 4 de octubre de 2012

La estimulación temprana potencializa las habilidades de su bebé

La inteligencia es algo innato en el ser humano desde que nace y si ésta recibe una estimulación a temprana edad puede alcanzar resultados óptimos. Para este fin existen programas especializados en potencializar estas capacidades en los bebés desde sus primeros meses de vida.

La psicóloga Cristina Arze y la fonoaudióloga Silvia Díaz, son responsables de la ejecución de un programa de estimulación temprana en el Centro de Desarrollo Infantil Huellas.

“Estudios en neuropsicología del desarrollo infantil en Japón y Estados Unidos comprobaron que los niños menores de tres años, que reciben estimulación temprana desarrollan de mejor manera su capacidad intelectual y emocional”, afirmó la psicóloga Arze.

Las áreas que comprende el programa especializado en estimulación temprana son cuatro: motricidad gruesa, motricidad fina, cognitiva y lenguaje. En las que participan bebés a partir de los tres meses hasta los 18 meses de edad.

“Se brinda estimulación en las áreas de motricidad gruesa, con ejercicios para gateo, caminata y equilibrio. En motricidad fina se practica el agarre de pinzas y el ensarte. En lenguaje se trabaja la discriminación auditiva con onomatopeyas de animales para el desarrollo lingüístico y se utiliza la música para que el niño conozca su cuerpo”, explicó la fonoaudióloga Diaz.

MOTRICIDAD GRUESA Y FINA

La motricidad gruesa comprende todo lo relacionado con el desarrollo cronológico del niño en su crecimiento, sus habilidades en el juego libre y en el manejo de manos, brazos, piernas y pies.

“El conocimiento de las partes del cuerpo y el desarrollo de la motricidad gruesa (músculos grandes del cuerpo) es muy importante para el manejo de la lectura, escritura y cálculo”, expresó Arze.

A diferencia de la anterior, la motricidad fina comienza con la coordinación de manos y ojos, lo que implica un grado de maduración. Esto permite relacionar al bebé con su entorno descubriendo las nociones de distancia, profundidad, tamaño, peso y textura a partir de la manipulación de los objetos más pequeños con los que obtendrá nuevas destrezas que estimularán su desarrollo.

EXPERIENCIAS

Carolyn Rees es una de las madres del grupo de bebés de tres a 18 meses, que forma parte del programa de estimulación temprana en Huellas,ella cuenta su experiencia y la de su pequeña hija.

“Alana está pasando el curso desde sus ocho meses y he notado en este tiempo un cambio increíble, porque aprendió a socializar con otros niños, el manejo y conocimiento de su cuerpo, los colores y las formas. Aprendió a gatear, porque en casa sólo quería caminar y ahora sube, baja es imparable”, contó la señora Rees.

PROGRAMACIÓN

Cristina Arze explicó que el curso de estimulación temprana comprende dos partes, la primera que comienza de febrero a junio y la segunda de agosto a diciembre cada año. Además de dividir a los grupos de niños en tres modalidades, de tres a ocho meses, de ocho a 12 meses y de 12 a 18 meses.

“El objetivo consiste en estimular las diferentes áreas de desarrollo en los bebés mediante actividades lúdicas y de experimentación directa. Una vez por semana asisten los niños de tres a ocho meses, dos veces por semana los de ocho a 12 meses y tres veces por semana los de 12 a 18 meses”, dijo la psicóloga.

Pasan clases en tres ambientes que están destinados a motricidad gruesa, fina y lenguaje en las que van rotando de acuerdo con el cronograma de actividades programado por las responsables del curso, el mismo que tiene una duración de una hora aproximadamente.

“Más allá de promover el estímulo intelectual y físico del bebé se busca crear un espacio para fortalecer el vínculo entre madre e hijo mediante el juego, contacto visual, masajes y caricias que le brindan mayor seguridad a los bebés”, dijo Arze.

Al finalizar cada ciclo se realiza una evaluación de los avances obtenidos por los bebés, en el que cada madre y educadora anotan en una carpeta las áreas trabajadas y los objetivos alcanzados: motriz gruesa, motriz fina, cognitiva, social y lenguaje.

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