lunes, 2 de enero de 2017

Duerme mi niño



En esta temporada de fiestas, los niños muchas veces alteran su horario para dormir, pero si es sólo en ocasiones excepcionales no se corre mayor peligro. Para entender un poco la importancia del sueño en los bebés, es importante aclarar que se divide en cuatro etapas que se van profundizando progresivamente.

Es muy importante respetar esos intérvalos sin interrumpirlos para que se conviertan en una costumbre, así será más fácil conseguir que el niño se duerma. Pretender que el niño concilie el sueño es una tarea difícil y constituye un verdadero desafío, pero si se respeta su ritmo, todo será más fácil. Los padres deben crear el clima apropiado para que el bebé establezca su propio ritmo de sueño.

Beneficios del sueño infantil

Durante el sueño infantil los niños asimilan y organizan lo visto y aprendido, maduran física y psíquicamente, e inician y ejercitan su independencia del mundo exterior y de sus padres, por un tiempo que es variable, según su edad y conducta.

Dormir también es un alimento

El niño que no duerme bien acabará teniendo problemas en su conducta o comportamiento. Por eso es tan importante, desde la más temprana edad, establecer horarios así como tiempo de sueño para los niños.

Crear hábitos a la hora de dormir, apropiados a la edad de cada niño, puede ayudarle a conciliar mejor el sueño y a descansar bien. Es conveniente determinar y respetar los horarios en que tengan que irse a la cama, bien como el de levantarse, día tras día. Las etapas del sueño infantil son muy personales, pero los padres pueden ir orientándolas según las necesidades que tengan sus hijos. Dormir también es un alimento para el cuerpo del niño. El niño que no duerme bien acabará teniendo problemas en su conducta o comportamiento. Por eso es tan importante, desde la más temprana edad, establecer horarios así como tiempo de sueño para los niños.

Ayudarlos a que duerman mejor

Lo primero, después de establecida una rutina, con horarios y hábitos que hagan sentir más seguros a los niños, es hacer que ellos se acostumbren a ella para irse a la cama. Para eso es necesario conocer al niño, observarlo, y así descubrir lo que le ayuda a sentirse más calmo. Hay niños que no pueden dormir sin escuchar una canción. A otros, les encantan que les cuenten cuentos antes de dormir, y otros aún acaban rendidos y dormidos con sólo rascarles la espalda. Todo dependerá de los hábitos que sus padres hayan adoptado y puestos en práctica.

Los bebés generalmente duermen cuando se sienten cansados. Si tienen dificultad para relajarse y quedarse dormidos, llorarán, pero se quedarán acostados en la cama. Lo mejor en estos casos, y dependiendo del carácter que tenga el bebé, es tratar de hacer silencio, y salir de la habitación sin hacer ruido. Si el bebé sigue llorando, lo ideal es ayudarle a dormir, aunque sea con un chupete. Costará un poco de tiempo, pero si se mantiene el hábito, el bebé se sentirá más seguro y se dormirá con el tiempo.


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