sábado, 7 de enero de 2017

El embarazo cambia el cerebro de la mujer

Uno de los mayores milagros es, sin duda, la maternidad y de que trae consigo muchos cambios nadie lo duda, pero hasta hace poco estos cambios eran solo pensados en el área física y emocional. Sin embargo, recientemente se reveló gracias a un estudio, publicado en la revista Nature Neuroscience, que también hay cambios a nivel cerebral.

El estudio buscaba saber si sucede algo en el cerebro de las embarazadas y para ello los investigadores compararon imágenes de resonancia magnética de 25 mujeres embarazadas y después de tener a sus bebés. Los investigadores también escanearon las mentes de los futuros padres y tomaron imágenes de los cerebros de una veintena de mujeres y otro tanto de hombres que no habían tenido hijos.

El estudio ha tenido en cuenta tanto a mujeres que habían seguido tratamientos de fertilidad como a gestantes que se habían quedado embarazadas de forma natural y los cambios observados eran prácticamente idénticos en ambos grupos.



Resultados

El estudio es claro: el cerebro de las mujeres embarazadas cambia. Los resultados muestran una reducción en determinadas zonas de la corteza cerebral de las mujeres que viven su primer embarazo, áreas que los neurocientíficos relacionan con las relaciones sociales.

Es la primera vez que se muestra que la materia gris de las gestantes se reduce en áreas relacionadas con la empatía. Esta “poda” en las conexiones neuronales de la madre optimizaría determinadas funciones, como interpretar los estados mentales de su hijo o anticipar posibles amenazas del entorno. Estos cambios, no percibidos en los padres, se mantienen dos años después del parto.

En el estudio se detectó una marcada disminución de la sustancia gris en determinadas áreas de la corteza cerebral y no en otras. Las imágenes mostraron esa retirada de conexiones neuronales en zonas que los científicos relacionan con la cognición social, con la habilidad humana de ponerse en el lugar de los demás, de anticiparse a sus intenciones, de leer la mente del otro, es decir, de empatizar. Pero retirada no significa pérdida, aseguran los investigadores que llevaron a cabo este estudio.

“A mayor eficacia cognitiva, menos sustancia gris. Es lo que llamamos poda adaptativa”, dice el investigador de Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y coautor de la investigación, Óscar Vilarroya.

Este proceso de “poda” recuerda mucho a otro momento de la vida donde se desata otra tormenta hormonal: la adolescencia.

“Los niños tienen más materia gris y en su paso a la adolescencia pierden conexiones neuronales”, dice Vilarroya.

La investigación mostró que esa reducción no va en detrimento de las habilidades cognitivas de las madres. Las gestantes obtuvieron la misma puntuación en varios test que las mujeres del grupo de control.

“Lo que hace la “poda” es optimizar las conexiones neuronales”, sostiene la investigadora de la Universidad Carlos III y del hospital Gregorio Marañón, Susanna Carmona, también coautora del estudio.

Esta disminución de la materia gris solo es cosa de madres. Las imágenes del cerebro de los padres no mostraban diferencias ni respecto de las de los otros hombres ni con las que les tomaron antes de ser padres. También comprobaron que las áreas que habían perdido más sustancia gris eran las que se activaban cuando una madre veía imágenes de su hijo pero no cuando contemplaba fotografías de otros niños.

Ambos hechos llevan a los investigadores a apostar por una conexión entre las hormonas, cambios físicos y cambios funcionales.

“La inundación de hormonas que proceden del feto cambia el cuerpo y cambia también el cerebro”, opina Carmona.

Dos años después del nacimiento, la mayoría de las madres se sometieron de nuevo al escáner cerebral. En todas, los cambios seguían ahí. En cuanto a qué sucede después de los dos años, si se mantiene o vuelve de alguna forma al estado anterior al embarazo, es pronto para decirlo, dice Carmona y a tiempo señala que están buscando financiamiento para continuar con el estudio.

“Es un trabajo a largo plazo, hemos estado cinco años con la investigación y necesitamos seguir estudiando a las participantes para ver si se mantienen esos cambios o no; es la primera vez que se investiga algo así”, concluye.



Cambios en tu cuerpo

Todos sabemos que luego del parto, se producen muchos cambios en el cuerpo de la mujer, desde el más evidente que es ver cómo se reduce la barriga a otros desconocidos que suelen poner los nervios de punta a toda nueva mamá.

El portal Bebés y más ha elaborado una lista de los nueve cambios en tu cuerpo luego del parto, en esta edición te damos un resumen de esa lista.



CAMBIO 1: La barriga luego del parto. El vientre se reduce con nada más que dar a luz. Pero muchas piensan que una vez que el bebé nace, quedarán como antes, y no es así. Lo normal es que la barriga quede flácida e hinchada debido a que los músculos abdominales se estiran durante el embarazo y tomará un tiempo recuperar tú abdomen que lograrás si llevas una buena dieta y practicas ejercicio.



CAMBIO 2: Cambios en la piel, ¿mejor o peor? Si los cambios hormonales afectaron tu piel para peor, tras el parto lo más probable es que veas mejorar tu cutis y tu piel en general. Aunque algunas manchas suelen tardar más en desaparecer (unos meses), el acné o las espinillas del embarazo dejan paso a una piel más suave y lisa. Por otro lado, debes saber que el estrés y la fatiga de los primeros días tras el parto pueden hacer que el cutis presente más imperfecciones, que veas las arrugas más marcadas... Nada que no mejore con un buen descanso que en algún momento llegará.



CAMBIO 3: Estrías. Respecto a las estrías que aparecen por lo general en el vientre, los pechos o las caderas, luego de que des a luz se volverán paulatinamente más claras, aunque su desaparición completa es imposible. De cualquier forma, recuerda que el postparto es un momento clave para tratar las estrías.



CAMBIO 4: Cambios en los pechos. Los pechos especialmente se han estado preparando durante nueve meses para la llegada del bebé, entonces es obvio que notes cambios importantes en ellos, sobre todo cuando se produce la subida de leche y aparece cierta inflamación y las mamas aumentan de volumen con la lactancia. Es probable que también notes cambios en los pezones y areolas, no solo de tamaño sino también de color. Luego de un tiempo todo vuelve a la normalidad.



CAMBIO 5:¡Se me cae el pelo! A menudo a las mujeres embarazadas les crece el pelo más rápidamente gracias a un riego sanguíneo profuso y el aumento de estrógenos, pero tras el parto es frecuente una detención del crecimiento y una disminución del volumen del cabello con una caída importante entre los dos y los cinco meses posparto (“efluvio telógeno”). Posteriormente todo volverá a su volumen y ritmo de crecimiento anterior, alrededor de un año después de dar a luz.



CAMBIO 6: Las uñas. Al igual que el pelo y la piel, las uñas sufren cambios sorprendentes durante el posparto asociados a la alteración hormonal. Si en el embarazo habían crecido de manera notable y estaban fuertes, tras el nacimiento del bebé notaras que se quiebran fácilmente y se debilitan por capas.



Disfruta cada etapa y para ello necesitas relajarte; poco a poco todo vuelve a su lugar, sí es importante que lleves una estilo de vida saludable.

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