miércoles, 18 de marzo de 2015

Acariciá su cuerpo ellos necesitan suaves masajes tranquilizantes

Tu bebé llora y no lográs calmarlo con nada, te has cerciorado que no tiene hambre y tampoco presenta señales de que su llanto sea por dolor.

Entonces te preguntás ¿qué hacer para cortar ese gimoteo inexplicable? ¿Alguna vez has intentado darle un masajito? Pues eso funciona. Seguí leyendo.

“El masaje es una experiencia sensorial y de enlace muy especial para el bebé, que le calma, le ayuda a conciliar el sueño y a dormir plácidamente. Lo ideal es que se lo proporcione la madre y para eso debe estar relajada, así juntos disfrutarán de esa conexión con toda la calma que se requiere para ese momento. Treinta minutos después del baño, antes de amamantarlo o media hora después de su toma es el momento ideal para aplicárselo”, dice Cristina Moro, experta en masoterapia.

No hay contraindicaciones.
Todos los bebés, sin excepciones, pueden ser masajeados, porque esta actividad puede desarrollar más rápidamente la coordinación motora y aumentar sus reacciones musculares, además de favorecer que sea más receptivo y reaccione mejor al espacio que le rodea.

Moro remarca que la conexión y el vínculo que se rompe cuando se corta el cordón umbilical se pueden restablecer con los masajes de la madre al bebé. “Es muy sencillo, solo hay que dedicarle un tiempo, instruirse a través de la web, hay videos a la mano o hacerse enseñar por una especialista. Los beneficios son incalculables”, subraya. La clave es crear apego para que tu bebé te identifique aunque no estés a su lado las ocho horas del día que te toca estar en el trabajo y debás dejarlo en la guardería o a cargo de una niñera. Establecer esa conexión tan necesaria para la salud mental de la madre y del niño, es el principal argumento de Moro en la práctica de este tipo de masajes a recién nacidos e incluso niños de todas las edades

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