sábado, 4 de marzo de 2017

Lo que se calla de la maternidad

La reina indiscutible de los Grammy este año fue Adele; la cantante británica más rica de la historia y que en noviembre del 2016 se animó a decir en público lo duro que resulta convertirse en madre. Y es que más de allá de la bendición y gran felicidad que significa ser mamá, también es cierto que genera muchos sentimientos encontrados, sobre todo cuando se es madre por primera vez.

Adele dio a luz a fines de 2012, cuando su disco 21, el segundo álbum de estudio, aún sonaba en todo el mundo. Pero en medio de aquella explosiva e inicial fama, la cantante afirmó que sufrió depresión posparto luego del nacimiento de su hijo. En una entrevista con la revista Vanity Fair, la cantautora británica se refirió a sus disconformidades con ser mamá.

“Realmente tuve una depresión posparto muy grave después de tener a mi hijo, y me dejó terriblemente asustada... Mi conocimiento del posparto es que no quieres estar con tu hijo; te preocupa que le hagas daño, te preocupa pensar que quizá no estás haciendo un buen trabajo... Estaba obsesionada con mi hijo, sentía que no lo hacía bien, que había tomado la peor decisión de mi vida...”, confesó la artista.

Esta confesión deja a la luz los sentimientos que muchas o quizá todas las madres, sobre todo primerizas experimentan, pero que no se animan a decirlo en voz alta, posiblemente por temor a ser juzgadas como malas madres.

Las mujeres cuando se convierten en mamás, hablan del enamoramiento que tienen hacia su bebé, la felicidad inmensa que se siente y, sin duda, tiene mucho de cierto pero también existe un lado oscuro; un lado humano. Después de todo cuando sostienes a tu hijo en brazos por primera vez te das cuenta que de ahora en adelante eres responsable de un nuevo ser y pareciera que se firmara un contrato por 24 horas al día, 7 días a la semana, por los próximos 18 años o en realidad por toda la vida.

“Si bien la maternidad es la etapa más bella para una mujer, porque va a dar vida a un ser frágil e inocente que es su hijo(a), es ese mismo hecho que la convierte en la más grande responsabilidad que puede tener el ser humano, que es cuidar integralmente a otro ser”, asegura la psicóloga Nancy Cristina Rubín de Celis E., docente en la UMSS y terapeuta familiar y grupal de Psicoconsulting.



Sobre estos sentimientos encontrados

La maternidad genera muchos sentimientos desde muy lindos hasta otros aterradores y es que se atraviesa por cambios físicos, hormonales y psicológicos, que van afianzando el vínculo madre-hijo(a).

“Las mujeres atravesamos por inseguridades, miedos, angustia, cansancio, agotamiento físico y mental en la gestación, y posteriormente, ya en plena maternidad, estos cambios se agudizan, ya que al vivir dolores, cansancio, miedos, inseguridades, malestares, necesidades afectivas y físicas, se generan más presiones mentales como: ¿estaré cumpliendo mi rol de madre?, ¿soy mala madre?, ¿dónde quedo yo?, además de la ansiedad por querer saber y tener todo en orden para ser buena madre”, explica la psicóloga.

Muchas veces se entiende a estos sentimientos como consecuencia de la depresión postparto, pero, según la especialista consultada, no necesariamente los son.

“Depende cómo haya sido la gestación del bebé, cómo la madre se sintió en los meses de embarazo, es que influye en la depresión post parto. Generalmente se habla de la depresión postparto antes de cumplir la “cuarentena” (40 días después del parto), pero cuando exceden las sintomatologías de ansiedad, angustia, llanto espontáneo, pensamientos y sentimientos de inutilidad, desvaloración o culpa, y se pierden interés en casi todas las actividades (abulia), incluidas las relacionadas con el bebé, es necesario acudir con un especialista para que evalúe cómo está la madre, ya que el bebé será el más afectado en caso de que existiera rechazo o desapego”, explica la terapeuta.

El tema de rechazo o desapego obviamente es otro tema y no es común ni lo esperado, pero sí se dan casos sobre todo cuando existen problemas de pareja y problemas económico-familiares.

¿Hasta cuándo es normal sentirse confundida?

“Estos sentimientos son “normales”, cuando la madre es primeriza, cuando no cuenta con ayuda, cuando no tiene apoyo de la pareja, cuando tiene que cumplir con responsabilidades de trabajo y /o estudio, y siente presión por ejercer su profesión, ejecutar su trabajo eficazmente, y siente que el bebé es quien traba su desempeño. Al mismo tiempo la nueva mamá se estresa por ejercer un rol adecuado como madre cumpliendo con todo lo que implica, y ahí está el agotamiento físico que produce malhumor y por ende cierto malestar con la presencia del bebé”, explica.

Cabe mencionar que estos sentimientos no tienen nada que ver con ser o no, una buena madre y se entienden como normales y muchas, los han sentido en algún momento al encontrarse de frente con la maternidad. Por supuesto, se entiende como normal siempre y cuando no sobre pase un tiempo porque como menciona la especialista, podría afectar al bebé y en general a toda la familia.

“Las mujeres callamos muchas cosas, por no ser vistas como malas madres o personas egoístas. Por ejemplo, el desarreglo personal es comprensible por todos los cambios físicos y psicológicos, por lo que nos aislamos del entorno social, además que lo que más deseamos es descansar y no tener estrés de visitas, pero al mismo tiempo los sentimientos de nostalgia por cómo era nuestra vida antes, genera inconformismo por la realidad de la maternidad”, dice la especialista.

Las opiniones sobre los hijos, el cómo cuidarlos, las preguntas sobre vacunas, baños, que hacen amistades y familiares, incomodan y molestan, y en ese estado de post parto lo que menos queremos son criticas. “Valoramos mucho los regalos a nuestros bebés, pero también a nosotras, ya que estamos sensibles a recibir afecto (un detalle), y esto no nos vuelve egoístas; el ser madres no nos convierte en personas sin necesidades, por el contrario tendemos a incrementar más las demandas psico-afectivas, más que las físicas”, asegura Rubín de Celis.

En la maternidad, las mujeres sobre exigimos perfección, no tomamos en cuenta que nadie es perfecto y que el aprendizaje se da por etapas y estas etapas necesitan tiempo y paciencia, es difícil comprenderlo, pero necesario.



SÍNDROME DE BURNOUT Y DEPRESIÓN POST PARTO

En el blog baby Center en el artículo “¡Mamás agotadas! El Síndrome del Burnout” se menciona con acierto que para las mamás hay unos días más fáciles que otros, pero también hay días de terror en los que te enfrentas a berrinches, llanto, cólicos, pocas horas de sueño, mala alimentación, las responsabilidades de la casa y muchas veces, también de un trabajo de medio tiempo o tiempo completo fuera de casa.

Esta situación puede llegar a afectar tu cuerpo, tu salud física y emocional. De pronto puedes sentirte agotada, abrumada por las cosas más sencillas, te enojas con facilidad o te dan ganas de llorar por algo que parecería no tener mayor importancia… ¿te suena conocido? Seguro que sí; se trata, del Síndrome de Burnout, también llamado “síndrome de desgaste profesional”, se trata de “una respuesta prolongada de estrés en el organismo ante los factores estresantes emocionales e interpersonales que se presentan en el trabajo, que incluye fatiga crónica, ineficacia y negación de lo ocurrido”, de acuerdo a Wikipedia.

Y aunque esta relación que hace este blog es cierta, también está el tema de la depresión post parto que sin duda tiene mucho que ver. Si te sientes identificada con algunas de las pautas mencionadas a lo largo de este artículo, te recomendamos que prestes atención a estas señales de alarma.



• Te sientes triste, abatida, como si algo estuviese oprimiéndote constantemente.

• Sientes ganas de llorar a menudo, incluso sin razón aparente. Los ojos se humedecen sin apenas darte cuenta.

• Tienes sentimientos de culpa, crees que no eres una “buena madre” y que no eres capaz de cuidar adecuadamente de tu hijo/a.

• Evitas el contacto con los demás, en especial con aquellas que personas que sabes que quieren hablar sobre el bebé.

• Te arrepientes de haberte convertido en madre. Crees que todo estaría mejor si no hubieras dado este paso.

• Tienes problemas para dormir, o por el contrario, lo haces demasiado.

• Te muestras irritada a menudo. Tu pareja o tus otros hijos son objeto de tu mal humor.

• No te sientes cercana afectivamente a tu bebé. Estar con él te hace sentir desesperada.

• Una madre con depresión post parto también puede mostrarse sobreprotectora, buscando siempre algún signo de enfermedad o peligro cercano a su hijo.

Si te identificas con estas señales y las has sufrido durante semanas sin que sientas alivio, busca ayuda. La depresión post parto es una condición médica y como tal, necesita de atención profesional.

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