miércoles, 28 de diciembre de 2016

Los errores que toda mamá primeriza comete



Ser mamá es una de las más maravillosas experiencias que como mujeres podemos vivir, pero cuando es la primera vez, solemos cometer errores, y ¿sabes qué?, no pasa nada; todas cometemos errores porque definitivamente no venimos con un manual que indique a la perfección como ser mamá por mucho que tu abuelita, tu propia madre o tu amiga te expliquen cómo hacerlo.

Por lo general los errores que cometemos se deben a los nervios que supone todo esto o a la falta de información. En esta edición te nombramos algunos de los más comunes según Infacare y Ser Padres. Puedes tomarlos en cuenta para relajarte y no escuches tanto los “consejos” y “opiniones” de todos por qué cada uno tiene su forma de hacerlo; si tienes dudas consulta con tu pediatra.

1. Creer todo lo que te dicen. Todo el mundo tiene una opinión sobre cómo se debe criar a un bebé: que si tienes que sacarlo del hospital de esta u otra forma, o amamantarlo forzosamente aunque te duela, o que no tienes que ir a verlo cuando llore en la noche para que se acostumbre. ¡Basta! Cuando dudes consulta únicamente con tu pediatra.

2. Entrar en pánico. Si un bebé estornuda no significa que se esté enfermando; tranquila. Además, aunque no lo parezcan, son criaturas fuertes.

3. Olvidarte de tu relación. Las noches sin dormir pueden hacer que la relación con tu pareja se desgaste y que no encuentren tiempo para ustedes. Ponte pequeñas metas a diario para disfrutar de la relación con tu pareja, aunque sea ir por un café o platicar una hora antes de dormir.

4. Presionarte demasiado. No necesitas ser “la mejor” mamá del mundo, ni ser la mejor en el trabajo, la cama y el hogar. No te recrimines si las metas no se cumplen en el tiempo programado y por sobre todo aprende a pedir ayuda.

5. Comparar a tu bebé. Esto si que es común sobre todo cuando comienzan a crecer. Que si ya hace “agu” el hijito de mi amiga o que ya a esa edad gateaba el hijo de fulanita. Cada niño se desarrolla a su manera y tiempo, estas comparaciones acabarán por volverte loca y sin duda afectarás a tu pequeño también.

6. Preocuparte por tu peso. Cuando se trata de la primera vez es común que al poquísimo de dar a luz esperes poder utilizar algunas prendas y al ver que te falta mucho, te viene una especie de frustración y hasta depresión. Pero es normal que tras el nacimiento tengas varios kilos extras; recuerda que tu cuerpo ha estado sufriendo cambios desde que comenzó el embarazo. Lo mejor es que disfrutes a tu bebé y posteriormente, bajo la guía de tu doctor, podrás reducirlos.

7. Abrigarlo demasiado. Los recién nacidos tienden a enfriarse, pero si lo abrigas demasiado sudará mucho. Además, se ha comprobado que aumenta el riesgo de asfixia y muerte súbita. Si la temperatura de la casa ronda entre 20 y 22º el niño puede estar vestido con un body y un enterizo entero de algodón, que le cubra los pies. Podemos saber si tiene frío si sus manos y pies están fríos o un poco amoratados. En ese caso conviene abrigarle un poco más, pero no exageres. Si suda por la parte del cuello y la cabeza, es que tiene calor y debes quitarle algo de ropa.

8. Mantener la casa en silencio cuando duerme de día. Si puedes aprovechar un ratito para dormir y descansar, estupendo, pero luego todo debe seguir normalmente. Al cumplir el mes y medio, los patrones de sueño del bebé empiezan a relacionarse con los ciclos de luz-oscuridad y el pequeño está más predispuesto a dormir más tiempo por la noche. Por eso debe percibir la luz del sol y habituarse a los ruidos cotidianos de la casa no sólo para saber cuándo es de día sino que si hay un silencio absoluto cuando el niño duerme, cualquier ruido lo sobresaltará. Parar la actividad del resto de la familia durante el sueño del bebé no es bueno ni para el niño, ni para toda la familia.

9. No te atormentes, todo saldrá bien. Así es, los cólicos, las malas noches y muchas otras cosas vienen incluidas, pero valen la pena. Disfruta cada etapa de tu bebé.

Como ya mencionamos antes, sí tienes dudas consulta con tu pediatra, pero también puedes recurrir a fuentes de información fiables para disipar dudas –cuanta más información tengas, mejor sabrás responder a sus necesidades. Existen libros especializados en crianza, revistas y webs especializadas y son fuentes adecuadas. Mucho cuidado con la información que circula en Internet; los foros y páginas no especializadas o no desarrolladas por profesionales porque pueden caer en errores graves y dar consejos poco recomendables. /


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