martes, 23 de agosto de 2016

El añejo oficio de las parteras se extingue en la ciudad de La Paz

Hasta hace unos cinco años, Margarita Lima, vecina de la Periférica conocía sólo a una partera en La Paz. "Doña Pacesa atendía los partos a domicilio. Era muy solicitada, especialmente por la gente que viene del campo. A sus 78 años falleció, ahora ya no conozco a parteras en la ciudad”, afirma acongojada.

Doña Margarita ahora es abuela y asegura que esa partera fue quien atendió los nacimientos de sus tres hijos. "Incluso atendió la llegada de mi nieto, pese a que hay médicos, mi nuera no quería ir al hospital. Es que nos contaron que no hay buena atención. Pero para mi segundo nieto tuvo que acudir nomás al centro de salud”, recuerda.

Según el responsable de Medicina Tradicional del Servicio Departamental de Salud (SEDES), Evaristo Quenta, "en la ciudad de La Paz, en la hoyada, no hay parteras”. Así lo confirman los registros oficiales que tiene la unidad a su cargo. "Quizá haya alguna en una zona marginal, pero si es así trabaja en su domicilio y sin registro”, manifiesta.

Cuenta que hace 10 años había una docena de mujeres que practicaba el oficio en la ciudad, pero que de un tiempo a esta parte desaparecieron. "Probablemente porque la gente no solicitó más sus servicios”, conjetura,

La mayoría de las parteras que ejercen en el departamento radican en Ayo Ayo, Achocalla, Viacha, Patacamaya y El Alto. En esta última ciudad es donde hay más, de acuerdo al registro.

"La gente del área rural, que se trasladó a El Alto, se siente más segura con ese tipo de atención. En el momento del nacimiento, además de la partera, participa o la madre de la mujer que da a luz o su esposo”, precisa.

Lucía Machaca Quispe trabaja desde hace 18 años como partera y hace cinco ejerce en el Centro de Salud de Achocalla. "Yo coordino con el médico para traer niños al mundo. En la sala está el papá del bebé, la mamá de la parturienta o la suegra”, relata.

La labor de Machaca en el centro de salud está acreditada por la Ley 459 y el Decreto Supremo de la Medicina Tradicional Ancestral Boliviana. Estas normas reconocen a las parteras -al igual que a los médicos tradicionales, a los naturistas y a los guías espirituales- como prestadores de servicios de salud.

Quenta asegura que las parteras que ejercen no conocen la norma. Por ello, hace unos días la ley se socializó en el Primer Taller de Capacitación de ese oficio que organizó el SEDES.

Participaron en el evento un centenar de parteras de las 20 provincias paceñas. "Para este sector nunca hubo un taller. Fue la primera vez y ellas expusieron sus preocupaciones”. Una de las demandas más comunes fue la articulación de su labor con la de los médicos occidentales.

Determinaron también impulsar el oficio para que las pacientes puedan elegir con quién y cómo dar a luz. "Es un derecho”.

TESTIMONIOS

Lucía Machaca, partera del Centro de Salud de Achocalla
"Coordino la labor con el médico”
Cuando llega al hospital una embarazada, el doctor y yo coordinamos. Yo le ayudo a acomodar al bebé y él hace nacer al niño. Al mes atendemos hasta a cuatro pacientes.
A la parturienta yo le doy seguridad y eso lo sabe el médico, por eso muchas veces me pide que lo colabore para conversar con la mujer. Tras el parto, ella debe esperar al menos cuatro días para bañarse con agua de romero, para que no le duelan los huesos. Eso también les explico a los doctores.

Ana Choque, presidenta del Consejo de Parteras
"Me llaman hasta del exterior”
Debido a que hay bastante cesárea en los centros de salud y las mujeres no quieren tener a sus hijos con cirugía, las parturientas me convocan y voy a atenderlas a domicilio. Yo estoy autorizada a dar hasta el certificado de nacido vivo.
Cada semana atiendo entre cinco y seis partos. Voy al área rural, al interior del país e incluso al exterior desde hace 38 años. Hace unos meses fui a Brasil -con pasajes pagados- para atender un parto. Muchas mujeres conocen mi trabajo.

Alejandra LAURA, partera del Hospital de Patacamaya
"Acomodo al bebé y evito cesáreas”
En el hospital soy muy conocida. Yo converso con las embarazadas, voy a sus casas a hacerles masajes. Pero ellas también van a sus controles prenatales.
En el momento del parto, algunas me dicen ‘tía, tú nomás atendeme’ y les atendemos en la sala de intercultural y en otras ocasiones trabajamos con el médico para que nazca la wawa. "Yo acomodo al bebé y no les operan ni hacen cesárea” Atiendo partos desde hace 30 años en el pueblo.



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