A partir de esta edad, a demás, los riesgos de sufrir hipertensión durante el embarazo doblan el índice entre las mujeres de entre 20 y 30, así como el riesgo de desarrollar diabetes gestacional, sufrir un aborto o llevar a cabo un parto por cesárea (dos veces más probable que en las mujeres en la veintena).
A partir de los 35, las amniocentesis y otras pruebas específicas son necesarias, para comprobar el estado del futuro bebé. Sin embargo, hay muchas ventajas: a pesar de que nuestro cuerpo nos diga lo contrario, muchas mujeres ven esta etapa como la idónea para iniciar una familia. La estabilidad laboral y emocional, y la posibilidad de contar con un empleo que nos permita compatibilizar las horas de oficina con la tarea de ser mamás, suponen un ‘colchón’ ideal para muchas parejas, que retrasan la concepción hasta una vez cumplidos los 30.
Prepara tu cuerpo para el embarazo
Solo porque atrasaste la maternidad hasta tus 30s no significa que no puedas concebir, aunque puede que sea más difícil.
Mientras el 84% de las mujeres entre 20 y 24 años conciben entre las 12 meses de comenzar un tratamiento, ese numero disminuye a 63% en las mujeres entre 30 y 34 años y a 52% en mujeres entre 34 y 39. Si quieres embarazarte, habla con tu médico. Luego cuida tu cuerpo ejercitándote de manera regular, evitando el alcohol, dejando de fumar y tomando multivitaminas con acido fólico para prevenir defectos en el bebé.
Durante los 30
Tu cuerpo: Tienes un mayor riesgo de desarrollar ciertas complicaciones. Sin embargo, la mayoría de las mujeres sanas tienen embarazos sin complicaciones después de los 30 años.
Algunos hechos: Tu riesgo de diabetes gestacional y preclamsia es mayor ahora, al igual que las posibilidades de tener un pequeño con síndrome de Down u otras anormalidades en los cromosomas. Si te sometiste a tratamientos de fertilidad, tienes más probabilidades de experimentar un embarazo múltiple que las mujeres que conciben naturalmente.
Tu mente y emociones: Muchas mujeres en la tercera década de su vida se sienten más listas, desde el punto de vista psicológico, para la maternidad.
Si se trata de tu primer hijo, has tenido tiempo para ti y tu matrimonio, además de que has logrado algunas metas profesionales. Esto puede darte tranquilidad si deseas tomarte un descanso para pasar más tiempo con tu pequeño.
Es probable que tu matrimonio tenga ya una base sólida, puesto que ya eres mayor y te sientes más confiada de ti misma y de tu relación.
30 a 34
Aunque es cierto que la fertilidad en la mujer comienza a decaer a partir de los 30 años, no tienes por qué alarmarte, pues este cambio sucede gradualmente. Además, si llegaras a necesitar un tratamiento para la infertilidad, tus oportunidades de lograr un embarazo serán mucho más altas que las de una mujer mayor.
De hecho, el índice de éxito de una fertilización in vitro (FIV) en mujeres menores de 35 años es del 25 al 28%. Este porcentaje desciende de forma importante en aquellas mujeres mayores de 40 años, alcanzado un porcentaje de apenas el 6 u 8%.
Un estudio halló que el índice de cesáreas en mujeres entre 30 y 34 años ascendía al doble del número de cesáreas realizadas en mujeres de veinte años, aunque los médicos aún no saben específicamente a qué se debe.
Tus emociones: Por lo general, las mujeres que han trabajado desde muy jóvenes se sienten listas para empezar a formar una familia cuando entran en la década de los treinta. Además, tienen la energía y los recursos económicos para hacerlo. Sin embargo, también pueden sentirse confundidas y vulnerables por no saber a ciencia cierta si serán capaces de retomar su vida laboral o si, incluso, querrán hacerlo.
Riesgos para tu bebé: El riesgo de perdida es 11.7%. A los 30 tu riesgo a tener un bebé con síndrome de Down es 1 en 952, y un bebé con anormalidad cromosómica es 1 en 385.
35 a 39
¿Por qué de los 35 a los 39 años comienza a ser un poco más difícil?
La fertilidad de una mujer sigue decayendo después de los 35 años y de forma significativa a partir de los 38. La razón es que los óvulos comienzan a envejecer, volviéndose más difíciles de fertilizar.
A partir de esta etapa, la mayoría de los médicos sugieren que las parejas mantengan relaciones sexuales sin utilizar algún método anticonceptivo durante un año, antes de buscar un tratamiento contra la infertilidad. Sin embargo, ese tiempo tiene que reducirse a seis meses si la mujer excede los 35 años.
De hecho, uno de los principales problemas respecto a la concepción se debe a que las parejas se someten a un tratamiento contra la infertilidad muy tarde.
Tus emociones: Esta es la edad en la que tu medico puede recomendar una amniocentesis o algún otro examen prenatal, lo que para algunas mujeres puede provocar ansiedad mientras esperan los resultados, porque los resultados de tener un bebé con síndrome de Down o cualquier otro tipo de desorden cromosómico comienzan a aumentar significativamente.
Riesgos para el bebé: Algunas clínicas de fertilidad no aceptan pacientes mayores de 39 años de edad.
El riesgo de sufrir problemas de hipertensión durante el embarazo se duplica en mujeres mayores de 35 años, comparado con las mujeres que conciben mucho más jóvenes. Este tipo de problemas afectan entre el 10 y el 20% de las mujeres embarazadas a esta edad.
La diabetes gestacional es de dos a tres veces más común en mujeres mayores de 35 años y algunos estudios demuestran que el riesgo es aún mayor si la mujer tiene sobrepeso.
Las posibilidades de tener una cesárea también aumentan debido a que los partos de mujeres mayores suelen ser más largos. Cuando la segunda etapa del parto sobrepasa las dos horas, los obstetras generalmente deciden hacer una intervención quirúrgica para disminuir los riesgos de estrés fatal.
La probabilidad de que tengas un embarazo múltiple (gemelos o trillizos) aumenta de forma significativa al final de los treinta y al inicio de los cuarenta años. Esto se debe a que la estimulación hormonal de los ovarios se modifica conforme la edad de la mujer aumenta, incrementando las posibilidades de liberar más de un óvulo a la vez. Otra explicación que se da al respecto es que este fenómeno es una respuesta de la naturaleza para compensar el hecho de que probablemente algunos óvulos no tendrán la capacidad de ser fecundados.
El riesgo de sufrir un aborto se eleva de forma significativa después de los 35 años y alcanza alrededor del 18% de probabilidad. Además, el índice de mortinato (bebés nacidos muertos) en embarazos de mujeres mayores es aproximadamente el doble que el de las mujeres jóvenes, de acuerdo a los últimos estudios, aunque las razones aún se desconocen.
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