¿Desde cuándo y para qué?. Según la especialista la natación puede ser un acercamiento interesante y necesario al deporte. A diferencia de otras actividades, ésta puede comenzarse muy temprano, ya que a partir de los seis meses, los pequeños pueden desarrollar la confianza con el agua, jugar y aprender a nadar.
Beneficios saludables. Con la natación, el pequeño aprenderá habilidades de seguridades básicas en el agua. El nadar le otorgará coordinación y fortalecerá el sistema respiratorio. Por otra parte, le beneficiará la condición cardiovascular, mejorando la resistencia del bebé.
Buen apetito y comportamiento. Los ejercicios suaves, combinados con el agua a una temperatura agradable, relajan al bebé y estimulan su apetito, consiguiendo que coma y duerma mejor. En consecuencia, mejorará su carácter y su comportamiento.
En el aspecto psicológico. Incrementa el sentimiento de independencia y de autoconfianza. Aunque todavía no camine, el bebé se puede desplazar en el agua por sí mismo, y eso puede favorecer el despertar de su inteligencia.
Para un bebé sociable. Este deporte le estimula la confianza y por lo tanto le mejora la comunicación con los demás y le permite iniciar socialización sin traumas.
Bebé atento. Con la confianza en sí mismo fortalecida, estará mentalmente más atento, además de ampliarle el horizonte de los juegos compartidos.
Cuidados. El bebé aprende a nadar de una forma divertida y saludable. Y saber nadar también es una medida de seguridad. No hay que olvidar de que se ha visto caso de niños ahogados.
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