Durante los primeros dos años de vida de su pequeño, su sistema inmunológico atraviesa por un proceso de maduración importante y su alimentación es la base para lograr que sus capacidades y funcionalidad alcancen su máximo potencial. ¿La clave para conseguirlo? Las proteínas, que además de encargarse de formar los tejidos, ser mensajeras químicas, formar encimas y actuar como fuente de energía, son parte esencial en las funciones de defensa de nuestro cuerpo. Los bebés tienen necesidades muy específicas de proteínas, por eso es importante que las consuman a través de los alimentos, por ejemplo la leche materna, que contiene los elementos que su bebé necesita durante esta etapa. Los primeros seis meses son la base para ayudarlo a desarrollarse física y mentalmente. Un estudio demostró que los niños que fueron amamantados tienen 20% menos riesgo de morir entre los primeros 28 días-1 año de vida.
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